Giampaolo Cheula
Nos encontramos con nuestro invitado de este mes en una soleada salida del Tour de Bretagne, una vuelta francesa de siete etapas repecheras e incómodas. En el pecho luce el emblema del conjunto Androni Giocattoli, en el cual ejerce de director deportivo. "Éste es mi cuarto año en el equipo", nos explica sonriente el italiano, que cumplió los 40 pocas semanas después. Tanto el primer saludo como el inicio del diálogo los sostenemos en castellano. Cheula estuvo dos años en conjuntos de estructura española, Footon-Servetto (2010) y Geox-TMC (2011), dos encarnaciones del proyecto de Mauro Gianetti y Joxean Fernández 'Matxin'. Claramente, los aprovechó. "La verdad es que antes de fichar por ellos no hablaba ni palabra -reconoce-. Tuve que aprender a marchas forzadas porque, de otra manera, no me enteraba de nada. Pero resultó sencillo, la verdad; supongo que por la similitud entre italiano y español". Cheula llevaba en la órbita de Matxin desde su etapa sub23. "Yo era un buen rodador y escalador. Me faltaba punta de velocidad para ganar carreras, estaba delante en casi todas. Por eso me fichó Mapei III, el filial de Mapei que dirigían Matxin y Luca Guercilena", rememora. En él coincidió con corredores de la talla de Fabian Cancellara, Michael Rogers o Filippo Pozzato. Después de siete temporadas como profesional entre Vini Caldirola (2003-2004) y Barloworld (2005-2009), en las cuales su victoria más destacada fue la general de la Carrera de la Paz (2006), regresó junto a Matxin. "En Footon y Geox ejercía de gregario para los líderes y compartía días de competición con corredores como Fabio Felline, Matthias Brändle o Fabio Duarte que por aquel entonces eran jóvenes talentos y necesitaban alguien que les transmitiera experiencia". De esos años surgió una "bonita amistad" con el cántabro David Gutiérrez Gutiérrez y un amor por España. "Me compré una casa en Marbella. Cuando logro juntar unos cuantos días libres, me voy allí a pasarlos". Más allá de su trabajo en Androni, Cheula gestiona junto a su mujer su propia marca de bicicletas, Lepontia ( ciclilepontia.it). "Vendemos on-line unas 30 o 40 bicis cada año, personalizadas a la carta tanto en diseño como en montaje. Son bicicletas artesanales, únicas, para cicloturistas avanzados". Como todos los exprofesionales, encuentra el ciclismo "muy cambiado" respecto a su época. "Las redes sociales han alterado notablemente las dinámicas internas de los equipos -lamenta-. Antes se hacía mucho más grupo. Se notaba en la mesa, y también en el autobús: conversaciones, risas... Ahora, en cambio, cada uno está con su pantalla, viviendo en su mundo".