Un desafío ideal
Un año más participé en una cita que se está convirtiendo en ineludible, la marcha cicloturista Desafío Puertos de Guadarrama by Movistar. Dos recorridos, a elegir en función de nuestro estado de forma, y un terreno magnífico para gozar del ciclismo.
El menú, en concreto, constaba de 158,3 km y 77 kilómetros, los que completamos los participantes dependiendo de si habíamos escogido Gran Fondo o Medio Fondo. A las 8 de la mañana del 18 de mayo, más de 1.600 ciclistas nos plantábamos en Colmenar Viejo, localidad que verá salir una etapa de la próxima Vuelta Ciclista a España, con ganas de pedalear bajo un cielo despejado. Pedro Delgado, ganador de la Vuelta a España en 1985 y 1989 y del Tour de Francia en 1988, y Javier Guillén, director general de Unipublic y de La Vuelta, encabezaban el pintoresco pelotón, dispuestos todos a recorrer zonas que han sido y son habituales antes en mis entrenamientos y ahora en mis rutas con el Club Gregarious. Por delante los ascensos a La Trampa y Cerro de San Pedro para todos los participantes, además de Morcuera y Canencia para los que optaron por la larga distancia. Para entrar en calor y olvidarnos de la baja temperatura mañanera, nada como afrontar las curvas de herradura de La Trampa. Que no tenía nada de eso, de trampa digo, ya que todos sabíamos de su exigencia previamente. Al paso por la localidad de Guadalix de la Sierra, tras el avituallamiento de Navalafuente, se producía el desvío de los participantes en función de las distancias escogidas. Los que ya emprendían camino a la línea de meta tenían por delante el ascenso al Cerro de San Pedro. Para el resto, la carretera comenzaba a picar hacia arriba en dirección a las primeras rampas de Morcuera, único puerto cronometrado de la jornada, una ascensión mítica que ha sido testigo del mejor ciclismo internacional y en la que se decidió La Vuelta de 2015. Nada como compartir conversación con otros cicloturistas; Fabio Aru y Tom Dumoulin no tuvieron tiempo para eso durante el ascenso. Arriba, en la cumbre, parada obligatoria en el segundo avituallamiento, con un fuerte viento que apenas nos dejaba inmortalizar el momento con las cámaras de nuestros móviles, para reponer parte de la energía consumida en sus exigentes rampas. Cremalleras de los chalecos arriba y descenso vertiginoso, siempre con precaución, hasta Rascafría, un nombre apropiado para lo que tuvimos que soportar en la bajada: rasca y frío.
CANENCIA... Y EL CERRO
Afrontábamos el terreno llano, por el valle del Lozoya, que nos llevaría hasta las faldas de Canencia. Una ascensión menos exigente que Morcuera, pero en la que ya se comenzaba a notar la fatiga acumulada. Aunque si de rampas pronunciadas tenemos que hablar, las de La Trampa, por fortuna el primer puerto del día, se llevan la palma. Arriba, y con un trabajo encomiable de voluntarios, nos surtíamos de dulces, fruta y bebida refrescante para culminar con éxito esta prestigiosa marcha. Bajada hasta Guadalix de la Sierra pasando por Miraflores y ascenso al Cerro de San Pedro, desde donde casi se escuchaban las palabras de ánimo del speaker de la prueba. Al llegar a Colmenar Viejo, medalla conmemorativa, abrazos entre compañeros y zona de avituallamiento para seguir recuperando. Quiero felicitar a la organización, Unipublic, por su magnífico trabajo, gracias al cual pasé un día maravilloso. Agradecer también a todos los ciclistas que cuidáis el entorno recogiendo vuestros residuos, evitando ensuciar el verde que adorna la montaña. Las marchas son encuentros para disfrutar y no para competir contra los demás, para eso están las carreras. El Desafío Puertos de Guadarrama es ideal para ello y, si lo haces rodeado de amigos y personas a las que les apasiona lo mismo que a ti, el ciclismo, mejor todavía. El próximo año vuelvo a desafiarme.