"A nadie le ha costado sacrificarse"

Estaban en la preselección de Eusebio Unzué para el Giro de Italia y las bajas a última hora les hicieron entrar en el ocho que llevó en volandas a Richard Carapaz de Bolonia a Verona. Lluís Mas primero y Andrey Amador después fueron las últimas incorporaciones y acabaron convirtiéndose en dos piezas clave del poderoso engranaje que fue Movistar Team en su conquista del Giro de Italia. El costarricense fue el suplente de Alejandro Valverde tras su caída previa a la Lieja-Bastogne-Lieja, casi en el tiempo de descuento. Con algo más de antelación lo supo Lluís Mas. "Después del Tour de Flandes, Eusebio me llamó y me dijo que estuviese un poco prevenido de hacer el Giro. Por eso no fui a las Ardenas. Daniele Bennati había tenido una bronquitis y después se rompió la clavícula. Descansé todo lo que pude y al final entré en el equipo -cuenta el mallorquín-. Tenía respeto por el Giro. Miedo no, porque ya he corrido cinco Vueltas y al final es una grande igual, pero esta es la carrera más dura del mundo". Lluís supo desde el principio cuál era su misión. "No vine aquí a hacer el 50º en la general, que no sirve para nada". Su trabajo, como el de Jasha Sütterlin, era "tapar el aire en la primera semana y llevar delante a Richard y Mikel hasta los últimos diez kilómetros. Y en la última semana, controlar la carrera hasta que llegasen los puertos". Afirma sin dudar que "cumplimos ese trabajo y lo hemos hecho bien. Cada uno ha estado en su sitio en el momento que le tocaba". Recuerda la etapa con final en Orbetello, "cuando Mikel se cayó con Yates, yo era quien tenía que estar allí, iba detrás y le pude dar mi bicicleta". Y señala que "la última semana es la que mejor me he sentido. Si hemos dado el 100% es en parte por el gran grupo que formamos, más que compañeros de trabajo ha habido una amistad. Eso ha sido fundamental", tanto como el talante de su líder aquí. "A Richard, muchos días lo veíamos en el desayuno y ya hasta la noche nada, pero cuando venía nos daba un abrazo uno por uno agradeciendo el trabajo. En carrera nos iba motivando, diciéndonos lo bien que íbamos. Se preocupaba por nosotros y por eso a nadie le ha costado sacrificarse por el equipo".