LA GRAN PRUEBA
BMC ha construido una bici que, sin medias tintas, cumple con lo que nos promete: darnos una buena dosis de velocidad gratuita, dejando de paso sin argumentos a los reacios a la aerodinámica.
BMC Timemachine Road 01, velocidad garantizada.
La resistencia al viento es la principal fuerza que el ciclista debe vencer en su avance. De hecho, rodando a 30 km/h contrarrestarla supone alrededor del 76% de la potencia que ejercemos. Es por ello que, cuando se trata de ir rápido, es un parámetro esencial. Si bien la bici y sus componentes apenas suponen un 25% de la fuerza de arrastre total -el otro 75% lo marca la posición del ciclista sobre la bici-, es un aspecto que las marcas tratan de optimizar desde el punto de que supone ganancias con poco coste salvo, por ejemplo, el peso extra que añade. Todo ello sin olvidarse de que una bici de competición ha de ser polivalente cuando llegan las subidas. Sin embargo, BMC no ha querido andarse con medias tintas y ha optado por un modelo de concepción radical en el aspecto aerodinámico, en el que todos los elementos se integran para cumplir con el objetivo común de vencer al viento. Sin duda, lo que más llama la atención en este aspecto es su espectacular conjunto formado por los portabidones, espacio de almacenaje y los bidones en sí, sin los cuales las propiedades de la bici quedan perjudicadas. A diferencia del peso, la aerodinámica es un parámetro difícil de percibir y complicado de medir en el mundo real en el que la incidencia del viento varía constantemente. Tenemos que echar mano de las sensaciones y de nuestro Strava para certificar que pasamos de ir sufriendo a rueda con una bici escaladora por nuestras rutas habituales a ser nosotros quienes marquemos el ritmo del grupo y llegar a casa con más de 32 km/h de media -incluyendo los lentos tramos urbanos-. También nos hemos llevado esta Timemachine al terreno de media montaña, donde de nuevo, mientras los porcentajes no sean excesivamente elevados, punto en el que su peso extra comienza a jugar en su contra, nos permite ascender a ritmo alegre y constante al tiempo que vemos el grupo desgranado detrás nuestra. Una pena que cuando llegan los ataques su vivacidad a la hora de responder no sea la misma y debamos tener la paciencia de hacer las cosas a ritmo. En cualquier caso, se trata de una bicicleta que no engaña. Aparenta ser rápida y en realidad lo es, y mucho.
Equilibrio
Nos encontramos ante una bici que podríamos denominar perfectamente como superaerodinámica. En su diseño, BMC opta por soluciones ampliamente probadas como los omnipresentes tubos de perfil truncado sin escatimar dimensiones para lograr maximizar estas dotes y los también ya obligatorios tirantes bajos. Por supuesto, el cableado es totalmente interno, desde las manetas hasta las pinzas y desviadores, algo en lo que en BMC son pioneros, pues ya lo introdujeron en su Roadmachine en 2016. Sin embargo, los suizos no desdeñan otros parámetros tan necesarios en una bici de competición como son la rigidez y la comodidad, que se combinan en la Timemachine en su justa medida. Pese a que la bici se muestra sobradamente sólida al recibir nuestros vatios, nos ha sorprendido durante la prueba, donde la hemos utilizado en carreteras con firme regular, por un alto nivel de comodidad, algo nada habitual en este tipo de modelos, sobre todo, si tenemos en cuenta el gran perfil de sus ruedas.
Integración
Cuando se desarrollan bicis aerodinámicas pocas veces se tiene en cuenta la influencia de los accesorios, algunos de obligado uso como son los portabidones. De hecho, que no os extrañe que mostremos los bidones en las fotos, ya que forman, junto a los portabidones y una pequeña caja de almacenaje en la que podemos llevar lo necesario para reparar un pinchazo, el conjunto denominado Aero Module. Un kit desarrollado por Elite para BMC que se integra a la perfección en las líneas del cuadro para crear una transición suave para el paso del viento. Si retiramos el bidón del tubo diagonal descubrimos tras el mismo, incrustado en el tubo, la centralita del grupo Di2 en una posición perfectamente accesible. Nos podemos ahorrar unos gramos retirando la pequeña caja de la parte inferior, tal como hemos visto en las Timemachine empleadas por algunos corredores del Dimension Data. El Aero Module completo suma 475 g a la bici, de los que 151 corresponden al portaherramientas.
Aero para todo
Las ruedas son el elemento que más influye en la aerodinámica de una bici. Por lo general, mayor perfil implica mejores capacidades y también significa un incremento de la fuerza que ejerce el aire sobre ellas, lo que en circunstancias de viento cruzado exige al ciclista un buen nivel técnico para mantener el control. Sobre todo cuando hablamos de perfiles por encima de 60 mm como el de estas DT de la serie ARC, la más aerodinámica del también fabricante suizo. Es en estas situaciones donde unas ruedas bien diseñadas sacan sus virtudes a relucir, haciendo que la fuerza soportada se distribuya de forma uniforme y convirtiendo en mucho más sencillo el control de las mismas. Notable alto pondríamos a estas ruedas que hemos podido probar en jornadas de viento realmente duro y descensos a gran velocidad sin más problema que el estar pendiente de los giros de la carretera para anticipar los cambios de dirección del viento, que inevitablemente suponen una fuente de inestabilidad.
Discos aero
La llegada de los frenos de disco ha supuesto un nuevo reto para los ingenieros a la hora de diseñar bicis aerodinámicas, ya que han de integrar pinzas y discos sin que suponga un aumento en la resistencia al viento. El trasero no es problema; al encontrarse entre vainas y tirantes, prácticamente todo el aire que recibe es sucio por la interacción con los elementos precedentes. Sin embargo, el delantero recibe directamente el flujo del viento, siendo fuente de turbulencias. BMC aproxima al máximo la pinza a la horquilla al prescindir del pequeño adaptador, ya que los tornillos atraviesan la horquilla. En vez de simplemente cubrir los tornillos por delante han diseñado una tapa que se extiende hacia el disco a modo de flap, ocultando la parte interior de la pinza alejando el flujo del disco, lo que minimiza la interacción debida a su giro. Pequeños detalles que suman.
GEOMETRÍA
Siguiendo la tendencia, cada vez encontramos menos diferencias en lo que a medidas se refiere entre los modelos escaladores y aerodinámicos de las distintas marcas. No es el caso de esta Timemachine, en la que se aprecia la búsqueda de la menor penetración y su adaptación a las mayores velocidades. La primera con unas cotas de reach y stack que hacen que sea 1 cm más baja y medio más larga que su hermana trepadora, lo que en la práctica significa que sea casi una talla más -siendo menor a la nuestra habitual nos hemos acoplado perfectamente a ella-. Respecto al segundo objetivo, se favorece la estabilidad con un ángulo de dirección más abierto que hace crecer más de un centímetro la distancia entre ejes.
» Velocidad gratis. Una utopía a la que BMC es capaz de acercarnos en esta espectacular Timemachine.