Hasta el infinito
» ¿Quién necesita una bici de carreras cuando tiene una máquina tan rápida como esta Defy?
Empezábamos a pensar que ya no había bielas con platos 50/34. Junto al casete 11-34, la elección de desarrollos nos parece plenamente acertada para este concepto de bici y posibilita que cualquiera cicloturista se pueda enfrentar a la ruta que sea por duro que se antoje el puerto que se interponga en el camino. A cambio hemos de sufrir unos mayores saltos entre piñones, que se aprecian bastante si rodamos a ritmos altos aunque, siendo objetivos, no debemos olvidar que el perfil del destinatario de esta bici es el amante de las rutas largas para el que las altas velocidades son sólo cosa de los descensos. Por su parte, el Ultegra nos ha recordado, tras muchos meses usando sólo grupos electrónicos, que los grupos mecánicos siguen funcionando perfectamente, con una suavidad y una precisión intachables.
GEOMETRÍA
Un puesto de conducción corto y muy alto marcan a una Defy que no esconde que es una gran fondo de pura cepa. Su cifra de reach correspondería a una talla inferior si habláramos de una deportiva, mientras que la de stack es la de una superior. Como referencia, con los 4 cm de separadores que veis en las fotos, la diferencia de altura entre sillín y manillar se situaba en 4 cm. Evidentemente, como se aprecia en las fotos de acción, nosotros la hemos utilizado con la potencia al ras donde la estética -y la rigidez de dirección- gana enteros. En su conducción predomina la estabilidad. Su ángulo relajado de dirección, avance generoso de la horquilla y las gruesas cubiertas hacen que al enlazar curvas a buen ritmo se nos pueda acabar acumulando el trabajo, aunque a cambio tenemos mucha seguridad en tramos rápidos, postulándose como una devoradora de kilómetros.