"Estaré siempre a su lado"

Peio siempre ha sido un referente para mí. Desde muy pequeño. Si él andaba en bici, yo también quería hacerlo por el mero hecho de que él pedaleaba. Era como mi ídolo. Desde cadete he estado a su lado. Si disputaba yo una prueba de ciclocross, luego me las ingeniaba para ir a toda prisa a la suya. Me la pasaba corriendo detrás de él para animarle, aunque al día siguiente yo tuviese otra y terminase cansado. Después de haber estado tres años en el Caja Rural-Seguros RGA, esta temporada nos hemos juntado de nuevo y eso es muy bonito. Y más siendo en la Fundación Euskadi, lo que fue el Euskaltel-Euskadi, el equipo que de niños nos arrastraba al Tour de Francia con las camisetas naranjas. De amateur ya coincidimos en el AMPO. Justo me había lesionado e iba a todas las carreras a verle. Se me daba bien la mecánica, desde siempre he sido un manitas. Me encargaba de limpiarle las bicis de ciclocross y arreglárselas. Cuando sufrí esa lesión, coincidió que en el equipo necesitaban un mecánico; así empecé. De toda la vida nos hemos llevado bien y estamos muy unidos, por eso cuando le detectaron el fallo renal, en todo momento le intenté motivar, decirle que estuviese tranquilo porque tenía tiempo y que iba a recuperarse. Desde el equipo también contaba con la tranquilidad de que iba a seguir y eso le dio mucho porque le ayudó a ser más positivo. Necesitaba tiempo y en ese proceso he procurado animarle, siempre con la convicción de que volvería a ser ciclista. Creo que incluso fue peor el momento que pasó con el Manzana Postobón, donde no le renovaron y estuvo a punto de dejar el ciclismo. Le convencí para que acabase el año en el AMPO, que se recalificara como amateur y al menos completase la temporada. Si no salía nada, pues ya habría tiempo de pensar en otras cosas. Yo quería que fuese profesional y le empujé mucho. Digo que quizá fue peor porque con lo del riñón ya supo lo que había, se lo diagnosticaron y pudo empezar el proceso de recuperación con unos tiempos y la tranquilidad de poder volver. Entonces sintió que el ciclismo se acababa y fue muy duro. En una u otra situación me he dedicado a apoyarle, estando siempre a su lado. La última que hemos vivido fue en la Vuelta a Asturias. Cuando se cayó y se rompió la clavícula fui quien primero llegó hasta él. Siempre impacta ver ciclistas en el suelo, pero cuando es tu hermano impresiona mucho más. Lo mejor es que se ha recuperado en poco tiempo y ya tiene ganas de ponerse de nuevo un dorsal. Y yo de verle. Porque cuando regrese, ahí estaré, apoyándole en todo y vigilando desde el coche.