El cuerpo equivocado

Este padre de dos hijas de 8 y 9 años se enfrentó en julio de 2018 a un rival inesperado, un tumor testicular, al que atacó con el tratamiento indicado y un aliado que le otorgó la fuerza necesaria para superar las rampas más difíciles: la bicicleta.

¿Cómo empezaste con la bicicleta?

Me inicié a los 14 o 15 años con la Nicky’s, donde corría Purito, por mediación de dos de mis tíos que son muy aficionados y me compraron la primera bici. Uno llegó a competir con Poblet y el otro lleva cuarenta años pedaleando. La afición siempre la he tenido, anteriormente ya me gustaba ver las carreras por televisión. Me enganché por Indurain y luego empecé a predicar con el ejemplo.

Sin embargo, la competición no iba contigo.

No me enganchaba nada, prefería salir los fines de semana a mi aire con los amigos. La competición la veía casi como una obligación. Además, compaginarla con los estudios no me resultaba sencillo. Sólo estuve un año de juvenil. Luego vino un largo parón, entre los 20 y los 28, en el que apenas monté en bicicleta y me dediqué a ser joven.

¿Cuándo te dan 'la noticia'?

El 26 de julio de 2018 me lo diagnosticaron. En abril y mayo noté que algo no iba bien. De hecho lo descubrí por la bicicleta. Cambié de sillín y también pensé que quizá fuera cosa del culote, el caso es que no sabía lo que me ocurría. Acudí a la consulta de un urólogo que me hizo una ecografía cuyo resultado fue concluyente: "Tienes un tumor y hay que sacarlo cuanto antes". Me operaron al día siguiente. Quiero recalcar que el médico se portó superbien.

Supongo que sería un mazazo para ti.

El tumor era pequeño, pero cancerígeno. Se me cayó el mundo encima. Fue un susto y un palo muy grande. El médico me hizo ver que

yo conocía muchos casos de deportistas como Lance Armstrong o Molina, el portero de fútbol, "y siempre se han curado".

Creo que el ejemplo que más de cerca te tocó fue el de Markel Irizar.

Sí, había visto tres meses antes el reportaje de Informe Robinson sobre Markel Irizar y fue el primero que me vino a la cabeza.

¿Cómo fue el tratamiento?

Hice la quimioterapia, como me recomendó el médico; un ciclo intensivo de 7 sesiones en 3 semanas. La empecé el día de mi cumpleaños, el 3 de septiembre. Me dejó hecho polvo. Notaba las piernas como si me hubiera pegado una paliza entrenando.

Sin embargo, no tardaste mucho en volver a pedalear.

"Intenta hacer vida normal", fue la recomendación del doctor. El último día de septiembre, apenas diez después de la última sesión de quimio, ya rodé una horita en bici a ritmo muy lento. Y desde entonces no he parado. Trabajo en el mantenimiento de aerogeneradores... de molinos para entendernos, y estuve de baja hasta diciembre, fechas en las que sobre la bicicleta ya completaba rutas de 100 km.

¿Qué te ha enseñado esta experiencia vital?

Te hace ver las cosas de otra manera, totalmente, pese a no ser un tema de extrema gravedad y tratarse de un tumor localizado. La familia es lo primero y a ella te agarras, pero la bici me ha ido de maravilla. Psicológicamente, salir con mis amigos a pedalear me despejaba mucho. Después de los tratamientos médicos, el ciclismo es lo que mejor me ha ido para superar esto.

¿Te notas a un nivel similar al de antes de la operación?

Sí, igual o mejor que el año pasado que hice la Irati. En un grupo de WhatsApp que tenemos unos amigos que jugamos mucho al Tropela, escribí: "Sé que volveré más fuerte y mejor". Fíjate que hasta me he animado a comprar una Trek Émonda SL 7 con Force eTap AXS. Un buen pepino.

¿Con quién sueles salir a entrenar?

Vivo en Todolella (Castellón) y salgo con César, un chico del pueblo de al lado. Hoy mismo nos vamos los dos con las familias a Andorra y aprovechamos para montar en bici por allí. Y cuando puedo me junto con un club que hay en Vilafranca del Cid.

¿Qué planes cicloturistas tienes?

Haré La Purito en agosto y la M.C. Cantavieja, que es más modesta pero tiene un gran encanto, en septiembre. Para más adelante, la Irati me tiene enamorado. El ambiente es muy tranquilo y si quieres aprietas en Larrau.

¿Te queda algún sueño por cumplir sobre la bici?

He estado muchas veces en los Pirineos e incluso he visitado sectores de Flandes, pero me falta ir a los Alpes, en especial a los Dolomitas. ¡El Giro de Italia me encanta!

Por último, ¿qué le dirías a aquellas personas que se vean en una situación similar a la tuya?

Que hay que luchar, tirar para adelante. Y confiar en la medicina. Los médicos se vuelcan y están encima tuyo. No hay que desmoralizarse porque toca ser fuerte y pensar que se ha equivocado de cuerpo.