SOBRE RUEDAS
Paradojas del destino, el día anterior el mánager del Team Ineos, Dave Brailsford, se había decantado por Chris Froome como líder del equipo para el Tour, por delante de Geraint Thomas y Egan Bernal. No habían pasado 24 horas cuando el británico chocaba a 54 km/h contra la pared de una vivienda mientras reconocía la contrarreloj del Dauphiné. "Quitó una de sus manos del manillar al comenzar el descenso para rascarse la nariz y debido al fuerte viento se le fue la rueda delantera, estrellándose a gran velocidad contra un muro", explicó Brailsford. Froome, que perdió el conocimiento tras el impacto, fue estabilizado y evacuado en helicóptero hasta el hospital de Roanne, donde confirmaron la gravedad de las lesiones: fracturas del fémur derecho, cadera, codo y varias costillas. De ahí, fue trasladado en avión al Hospital de Saint-Étienne, donde esa noche fue sometido a una operación de seis horas para reparar sus lesiones. Uno de los doctores que le intervino, Giorgio Gresta, reveló que el ciclista perdió dos litros de sangre entre el accidente y la operación, estimando en seis meses el tiempo que necesitará para volver a competir. "Desde el punto de vista médico, puede recuperarse de todas las lesiones", añadió. Ocho días después del percance, abandonó la UCI. "Este es el primer paso de una larga recuperación", dijo el británico, que no renuncia a recuperar en 2020 su mejor nivel como ciclista. Ahora empieza su Tour más importante.