Aerodinámica y ligereza unidas.
Los nuevos tiempos obligan a tener en cuenta la resistencia frente al viento en todo tipo de bici, incluso en una de las más clásicas del pelotón que ahora sufre un cambio total.
CANNONDALE SUPERSIX EVO
Hablar de la SuperSix EVO, el buque insignia de Cannondale, nos obliga a volver la vista atrás a nuestros primeros tiempos escribiendo en las páginas de Ciclismo a Fondo. Entonces se presentaba una SuperSix que adquiría el apellido EVO y nos sorprendía con su mezcla de ligereza, rigidez y comodidad en una bici que, pese a su aspecto clásico, escondía una buena dosis de tecnología. Ocho años hace ya de aquello y la firma norteamericana ha mantenido prácticamente intacta esa base evolucionando en materiales, en su sistema de fabricación Ballístec o, en su última actualización, afinando la horquilla e incorporando versión de frenos de disco. Un ciclo de producto que necesariamente estaba llegando a su fin, obligado por las tendencias del mercado y los nuevos requerimientos.
AERODINÁMICA PARA TODO
Hablar de nuevas cualidades de una bicicleta nos lleva a hacerlo de la aerodinámica, el último caballo de batalla de las marcas a la hora de desarrollar sus bicis. Hace un año Cannondale se adentró en este mundo con el desarrollo de la SystemSix y ahora aprovecha este trabajo para aplicar los
conocimientos adquiridos en su bici más emblemática, que se suma así a la nueva hornada de máquinas escaladoras en las que la lucha contra el viento se tiene claramente en cuenta. Quizás un paso lógico y esperable cuando el peso ha sido el aspecto más criticado de las bicis aero con frenos de disco de última generación.
FIJANDO OBJETIVOS
A la hora de definir las cualidades de su nueva máquina, en Cannondale han sido ambiciosos con una interminable lista de requerimientos que van desde lograr más comodidad y un mayor paso de rueda sin alargar las vainas para mantener el comportamiento de la actual y sin perder rigidez restando material al pedalier. También se ha buscado una posición del ciclista menos radical para hacer esta SuperSix accesible a un público más amplio, pero sin dejar al competidor en una posición que lo exponga en exceso al viento. Y, por supuesto, el más difícil todavía: añadir aerodinámica sin incrementar el peso, como nos comentaba el ingeniero Nathan Barry, “el mayor reto en esta bici porque cualquier cosa que pongas para mejorar la penetración al viento suma en la báscula y ha habido que llegar a un compromiso en este aspecto”. Tubos con perfiles truncados -tanto en el borde de entrada como en el de salida-, guiado interno de los cables de extremo a extremo, una versión específica y aligerada de su conjunto manillar potencia HollowGram integrado, pero de dos piezas, y ruedas HollowGram KNØT de 45 mm, “el mejor compromiso de altura de llanta entre ganancia aerodinámica, peso y control de la bici” en palabras de su ingeniero aerodinámico, son los añadidos que transforman radicalmente el aspecto que conocíamos de la SuperSix, haciéndola más rápida -ahorra 30 W a 48,3 km/h-.
TODOTERRENO
La inusual comodidad para ser una bici deportiva ha sido siembre una seña de identidad de la SuperSix gracias al diseño SAVE de vainas y tirantes aplanados en las proximidades de las punteras para lograr un punto de absorción. Esta nueva versión logra aún mayor flexión en el plano vertical gracias a la disposición de los tirantes bajos y la tija KNØT de 27 mm de sección, que facilita la absorción del conjunto tija y tubo de sillín. Además, sus pasos de rueda están pensados para aceptar neumáticos de hasta 30 mm. Durante la ruta de presentación por las proximidades de la ciudad germana de Friburgo pudimos apreciar sus cualidades. No la rapidez aportada por sus novedosas dotes aerodinámicas, dado que el ritmo no suele ser rápido, pero sí que sigue siendo una deliciosa escaladora pese a que la báscula de la unidad Hi-Mod equipada con Dura-Ace Di2 se detenía en los 7,3 kg. Rígida y manejable, es de esas bicicletas que te piden levantarte sobre los pedales y añadir vatios mientras que en las reviradas bajadas que afrontamos la precisión a la hora de elegir la trazada es la nota dominante; en este aspecto, sin cambios respecto a la anterior versión. Como es habitual, Cannondale nos ofrece esta bici en versiones de carbono Hi-Mod -sólo para frenos de disco- y Carbon -disponible en frenos convencionales o de disco- y equipamientos desde
Shimano 105 y cuadro Carbon, que se sitúa en torno a los 2.000 €, hasta la unidad que probamos con Dura-Ace Di2 y cuadro Hi-Mod que tendrá un precio cercano a los 9.000 €. Como curiosidad, los montajes Hi-Mod incluyen potenciómetro Power2Max, aunque desactivado. Tendremos que añadir 490 € para proceder a su activación y hacer uso de sus funciones.