MMR, con paso firme
La firma asturiana aprovechó la celebración de la feria Sea Otter Europe para la puesta de largo de su colección de carretera, que en 2020 se presenta muy interesante en lo que a modelos con cuadros de carbono se refiere. Una semana más tarde visitamos Asturias con un doble motivo. Por un lado, acudir a la sede de MMR y empaparnos de la mano de su ingeniero Chechu Rubiera de todas las evoluciones técnicas introducidas en la Adrenaline y la Miracle. El primer punto importante es que sólo se han desarrollado versiones con frenos de disco. La escaladora Adrenaline SLD, su buque insignia, es completamente nueva. Una bici elaborada con fibras de ultra alto módulo Toho IMS65 y alto módulo UMS40 para mantener el peso lo más reducido posible -el montaje tope de gama deja la báscula en 6,7 kg- y en la que se ha trabajado especialmente en dotar de rigidez la zona de la dirección. Un vistazo a la parte delantera nos desvela una pipa de dirección de enormes dimensiones, sobre todo en la parte alta, pese a mantener un rodamiento superior de 1’’ 1/8. En cuanto a la Miracle, el segundo escalón de la gama, pasa a compartir el mismo molde que la Adrenaline SLD, diferenciándose en el tipo de carbono elegido, en este caso un nada desdeñable T-700.
ADRENALINE AERO
Las últimas novedades las encontramos en otra Adrenaline. La versión Aero, sin ser un cuadro nuevo, se modifica reforzándose lo necesario y adoptando cierres pasantes para incluir frenos de disco. También encontramos novedades en los montajes, donde MMR apuesta por los nuevos grupos de SRAM, tanto Force como Red eTap AXS, y ruedas DT Swiss. Los componentes se siguen confiando a Ritchey, firma con la que MMR mantiene una duradera colaboración. La segunda parte del plan era exprimir una de ellas, una de las tres únicas unidades disponibles de estas nuevas bicis, en la Marcha Lagos de Covadonga, de la que os hablamos en profundidad en las páginas 130 y 131. Nos tocó en suerte la Adrenaline Aero equipada con Force eTap AXS, una bici de poco más de 7 kg que se diferencia de sus hermanas escaladoras por una geometría más baja y larga -además de por los tubos perfilados-, ya que la renovación recibida por aquellas les ha hecho adoptar unas cotas más permisivas para la mayoría de los ciclistas. La MMR se defendió sobradamente en los puertos asturianos y disfrutamos de lo lindo en las técnicas bajadas de esta tierra. El aumento de rigidez en la dirección para acoger los discos supone una ganancia en precisión que se tradujo en diversión pura en las docenas de curvas enlazadas que afrontamos. Os prometemos una prueba más a fondo en cuanto la marca disponga de bicis para test, ya que nos quedamos con ganas de rodar con la nueva escaladora.