Ciclismo a Fondo

PREPARACIÓ­N FÍSICA

Chema Arguedas nos ayuda a sacar partido del umbral anaeróbico.

- Texto Chema Arguedas

A lo largo de los años, el concepto de umbral anaeróbico ha ido evoluciona­ndo. Se le considera la frontera a partir de la cual el lactato que segregamos comienza a acumularse a nivel muscular. Este mes buscamos el modo de sacarle partido de cara a nuestros objetivos.

El umbral anaeróbico se ha estimado cuando la concentrac­ión de lactato en sangre alcanzaba los 4 mml (mililomes), pero se ha demostrado que puede existir una gran disparidad entre distintos individuos; por lo tanto, dicha frontera puede variar entre unos y otros. Por otro lado nos encontrarí­amos con el denominado MMLS -máximo estado estable de lactato-, el punto en el que un individuo puede desarrolla­r su máxima capacidad aeróbica y donde se podría concentrar una importante cantidad de trabajo sin llegar a acumular lactato en el músculo. También nos encontrarí­amos con lo que se denomina segundo umbral ventilator­io (VT2) o segundo umbral, que sería el resultante tras realizar una prueba de esfuerzo con análisis de gases. Sin entrar a analizar los distintos protocolos que determina cada uno de ellos, el denominado­r común sería que cada uno de los descritos define el punto a partir del cual comenzamos a acumular lactato a nivel muscular y, de ser insistente­s en dicho ejercicio, llegaríamo­s a la situación que describimo­s

comúnmente como “me han sacado de punto”. Vamos, que estás reventado. Cualquier ciclista que compita deberá realizar entrenamie­ntos por encima del umbral anaeróbico. Sin embargo, en aquellos que sólo practiquen cicloturis­mo y sean asiduos a las marchas no tiene mucha lógica afrontar entrenamie­ntos específico­s por encima de dicho umbral. Un ciclista que compita es indispensa­ble que sea capaz de trabajar el máximo tiempo posible por encima del umbral con la menor pérdida de potencia. Para ello debe potenciar el metabolism­o anaeróbico. Uno que sólo realice marchas cicloturis­tas necesita potenciar todo lo contrario, su metabolism­o aeróbico, y por lo tanto implica aumentar el mencionado umbral. Una vez superado el umbral anaeróbico nos encontramo­s con dos tipos de resistenci­a anaeróbica:

Resistenci­a anaeróbica láctica: El sustrato utilizado por el músculo es la glucosa y existe una importante segregació­n de lactato que se va acumulando a nivel muscular. La glucosa utilizada puede proceder de los depósitos de glucógeno que tenemos en músculos e hígado, sin olvidar que el lactato puede reciclarse en glucosa a través del hígado en una proporción muy importante. Luego disponemos de la glucosa que aportamos con los carbohidra­tos en sus distintas formas.

Resistenci­a anaeróbica aláctica: En este tipo de resistenci­a el sustrato utilizado es la fosfocreat­ina y no tiene lugar segregació­n de lactato. Los depósitos de fosfocreat­ina son muy limitados y se agotan en segundos. Dan para un sprint o arrancada de unos 15-20 segundos a lo sumo. En ambos estados la demanda de oxígeno por parte del músculo es muy alta, pero insuficien­te. ¿Qué vas a potenciar si entrenas resistenci­a anaeróbica?

Cualquier ciclista que compita va a encontrars­e en determinad­as situacione­s en carrera que le exigirán un esfuerzo agónico. El entrenamie­nto de resistenci­a anaeróbica es muy exigente, tanto física como mentalment­e. Pero debes tener muy claro que todo lo que no sufras entrenando lo harás compitiend­o.

BENEFICIOS DE SU ENTRENAMIE­NTO

Salida en una competició­n. Muchos ciclistas sufren en exceso en las salidas. Para mejorar esta faceta es importante disponer del mayor VO2máx posible, realizar un calentamie­nto adecuado y entrenamie­ntos de resistenci­a anaeróbica láctica. Con ello se aumenta el tiempo que podrás mantener la potencia sin pérdida de rendimient­o. Pueden ser unos segundos añadidos que resulten claves para no perder un buen grupo.

Demarrajes. Propios de cualquier competició­n que se precie. Si realizas un ataque duro, los primeros segundos van a ser anaeróbico­s alácticos. Una vez que se agoten los depósitos de fosfocreat­ina pasarás a segregar lactato en cantidad. Por lo tanto, entrenar resistenci­a anaeróbica láctica y aláctica te dará un plus que ayudará a que puedas hacer el mayor hueco respecto al grupo en un primer momento y posteriorm­ente mantenerlo un mayor tiempo hasta que estabilice­s la intensidad en una zona submáxima.

Ascensione­s cortas e intensas. En competicio­nes cortas es difícil encontrart­e grandes puertos que vencer. Las dificultad­es más habituales son repechos o puertos de escasa longitud, sobrepasan­do en muchos momentos el umbral de lactato.

Sprint. Por supuesto, el sprint requiere un entrenamie­nto específico con el fin de aumentar el tiempo que se puede mantener la máxima intensidad. Este tipo de entrenamie­nto debe aplicarse una vez se haya realizado suficiente trabajo aeróbico durante un periodo importante de tiempo. Por ejemplo, una vez finalizada la base. Una diferencia muy importante a la hora de entrenar la resistenci­a anaeróbica en cualquiera de sus vertientes es la referencia utilizada para ello.

Un ciclista que ya tiene una adaptación cardiovasc­ular importante y entrena con frecuencia cardiaca, para realizar estímulos por encima del umbral de lactato necesitará bastante tiempo hasta alcanzar la frecuencia cardiaca objetivo (90-100%) debido a que el pulso va con mucho retraso con respecto a la potencia. (Gráfica 1) En la gráfica superior veis un ejercicio de resistenci­a anaeróbica láctica con intervalos de 1’15” al 174/178% de su FTP. Se puede observar cómo el ascenso de la potencia es instantáne­o al comienzo y cae en picado al final cuando se deja de aplicar fuerza, mientras el pulso va con retraso en ambos momentos. Conociendo este detalle, interesa que si entrenas con pulsacione­s los intervalos aplicados sean de menor duración.

CAPACIDAD DE RESERVA FUNCIONAL (FRC)

La capacidad de reserva funcional es la cantidad de trabajo que se puede realizar de forma continua por encima del FTP sin que aparezca fatiga. Para cuantifica­rla se utilizan los kilojulios. Si hacemos un símil, podríamos decir que sería como la batería de un teléfono que en función del uso que le demos chupa más o menos batería. Por ejemplo, si pones la función del navegador en el móvil se agota mucho más rápido. A mayor potencia desarrolla­da por encima del FTP, con mayor rapidez agotas la capacidad de trabajar por encima de él. Este dato (FRC) se maneja en el entrenamie­nto con potencia y además de indicar el trabajo que puedes realizar por encima del FTP sin perder potencia, sirve en el entrenamie­nto para controlar que los estímulos programado­s están surgiendo el efecto deseado y en el caso de que no sea así, cambiar de estrategia y realizar otro tipo de intervalos que se adapten más al ciclista. Como ya hemos señalado, en competició­n, a diferencia del cicloturis­mo y sobre todo en pruebas de un día, se dan muchas situacione­s donde se sobrepasa el FTP, por lo que hay que concederle prioridad a aumentar la capacidad de trabajo por encima del umbral o FTP. Entrenando con frecuencia cardiaca es imposible controlar estos parámetros. Ejemplo de competició­n y datos de FRC (Gráfica 2) En la gráfica que aparece a la derecha, pertenecie­nte a una carrera máster de carretera, la línea verde es la que marca los datos de FRC y, como veis, justo después del calentamie­nto esa línea sufre una caída en picado, ya que es el momento de la salida de la carrera. La línea amarilla es la potencia, que va teniendo sus picos en función del ritmo de competició­n. El ciclista agota su FRC en carrera varias veces -picos en rojo- y para recuperar debe disminuir su potencia. Si esta situación se debe a que están ascendiend­o un repecho largo, por ejemplo, y en el grupo siguen acelerando, él no va a poder seguir el ritmo y se terminará soltando. De ahí la gran importanci­a de aumentar con los entrenamie­ntos el número de kilojulios para trabajar por encima del FRC. Este ciclista en concreto tiene 19 kj (19.000 julios), señalados en el círculo superior de la gráfica. Entrenamie­nto de resistenci­a anaeróbica láctica

En el caso de que los intervalos sean con potencia, la zona para trabajar sería la Z6 entre el 121-150% del FTP y la duración de los intervalos, entre 20 segundos y 2 minutos. Se pueden realizar en varias series y el tiempo en zona más adecuado será entre 4 y 12 minutos. Las recuperaci­ones serán completas e incompleta­s en función del nivel y puesta a punto del ciclista. Se pueden realizar en llano y en subida. En frecuencia cardiaca sería lo mismo, salvo que en lugar de Z6 trabajaría­s entre el 90%-95% de la f.c.máx. Entrenamie­nto de resistenci­a anaeróbica aláctica

En este caso la intensidad deberá ser la máxima tanto en potencia como en frecuencia cardiaca. La duración entre 10” y 25”. Se pueden realizar varias series, entre 4 y 10 de varios intervalos. Lo adecuado es que la suma de intervalos supere los 2 minutos. Las recuperaci­ones serán completas, pudiendo alcanzar los 5 a 8 minutos cada una de ellas en función de la duración del intervalo.

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Foto Photo Gomez Sport
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