CAMPEONATO DE ESPAÑA CRI
Con su quinto título, Jonathan Castroviejo ya es el mejor de siempre.
Ya en la rampa de salida, las gotas resbalaban por las barbillas de los corredores. Se confundían el sudor provocado a partes iguales por el calentamiento y por el calor con el agua necesaria para contrarrestar a este último. “Me he bebido tres bidones en el rodillo y uno justo antes de montarme en él”, contaba Gorka Izagirre con la medalla de bronce ya colgada en el cuello. Dos litros de líquido aproximadamente a los que se sumaba otro bidón ingerido durante la contrarreloj en sí. Todo eso se necesitaba para sobrevivir a una hora de preparación y otra de competición bajo el sol de justicia y los casi 40 grados que campeaban en la localidad murciana de Yecla.
CARRETERA NACIONAL
Fueron unos Campeonatos de España CRI de participación exigua. Si en años anteriores se superaban los 40 ciclistas entre profesionales y élite, esta vez el número se quedó en 24. Movistar Team, que ha llegado a disputar esta prueba con seis corredores, esta vez sólo presentaba a dos: Marc Soler, que afectado de la barriga no pudo pasar del sexto puesto, y Lluís Mas, que se quedó a sólo catorce segundos del podio para poner el broche de chocolate a una excelente primera
mitad de temporada que termina con 60 días de competición. Mikel Landa y Alejandro Valverde, líderes telefónicos para el Tour, no fueron de la partida. “Llevan muchos días de competición esta temporada y es preferible ahorrarles un esfuerzo tan intenso como es una contrarreloj con este calor”, nos explicaba el director deportivo José Luis Jaimerena. En declaraciones al Diario As, Landa fue más explícito: “No quiero ir a Murcia porque va a ser un horno”. Se trata de la segunda ocasión consecutiva en que Movistar Team salda este evento sin medalla después de once años seguidos tocando metal, incluidos varios tripletes. También se ausentaron dos Astana: Ion Izagirre, bronce el año pasado, y Luis León Sánchez. El muleño era uno de los grandes favoritos para esta carrera por tres motivos: porque ya la había ganado cuatro veces, empatado en cabeza del ranking histórico con Jonathan Castroviejo; por su exhibición en la Vuelta a Suiza, donde anotó una etapa mediante cabalgada en solitario; y por su condición de local. Sin embargo, apenas dos días antes de la crono decidió renunciar a la misma para concentrar todas sus fuerzas en la prueba en línea. “Nunca la he ganado y me hace ilusión disputarla”, declaró. Quedó patente el domingo. Al frente de la expedición de Astana estaba el italiano Stefano Zanini, uno de los mejores lanzadores de la historia de las volatas, que tutelaba a Gorka Izagirre y Pello Bilbao, gregarios de Jakob Fuglsang en el inminente Tour de Francia. “El recorrido es ideal para especialistas y ciclistas potentes”, analizaba a priori. No le faltaba razón: consistía en 18,8 kilómetros en ligero ascenso por una carretera nacional, superando unas cuantas rotondas que se podían atravesar pedaleando y practicando un giro de 180º en una para afrontar los mismos 18,8 kilómetros, esta vez cuesta abajo. A ellos se sumaban unos escasos dos kilómetros de travesía urbana sin mayor insidia para un total de 39,4 km. “La dureza la pondrá el calor, que será el factor que defina la carrera”, concluía el transalpino. “La crono era una cuestión de coger la postura, concentrarse y darle duro”, resumía Gorka Izagirre. “No era un recorrido difícil. Sólo había que regular el cuerpo y mantener el ritmo”. El guipuzcoano se mostró satisfecho con su ejercicio, que le valió para el bronce
pese a un “mal momento” mediada la contrarreloj. No sintió bache alguno Pello Bilbao, merecedor de la plata, que se había pasado toda la semana entrenando por la provincia de Alicante. “Me instalé en casa de un osteópata amigo mío para que me tratara y, ya de paso, aclimatarme al calor”, explicaba con sencillez el ganador de dos etapas en el último Giro de Italia. “A medida que pasaron los días, la temperatura me hacía sentir aplatanado. El cuerpo no respondía, no se despertaba, y esta mañana tenía mis dudas de poder ofrecer mi mejor versión. Sin embargo, he sido capaz de mantener el ritmo que habíamos planificado y he logrado firmar una buena contrarreloj”. Sólo echó de menos, eso sí, algún punto más para “respirar” a lo largo del trazado. “El único momento en que podíamos dejar de pedalear era el giro de 180 grados”.
RÉCORD Y TEST
Aunque la ventaja de Bilbao al frente de la clasificación en el punto intermedio del kilómetro 26 fuera holgada, con medio minuto sobre Izagirre y más de uno sobre Teruel y Mas, la concurrencia era consciente de que el desenlace de la competición estaba a expensas de Jonathan Castroviejo (Team Ineos), indiscutible máximo favorito. Efectivamente, el vizcaíno hizo buenos los pronósticos mejorando en 34” a Bilbao en el intermedio, distancia que amplió a 49” en la línea de meta. Castroviejo apuntó así su quinto título nacional contra el crono para convertirse desde el 28 de junio de 2019 en el plusmarquista en solitario. No obstante, la trascendencia de su triunfo iba más allá de las estadísticas por cuanto certificaba su plena recuperación de la dura caída sufrida dos meses y medio antes en la Itzulia, en la cual se produjo cuatro fracturas: clavícula, costilla, vértebra y cúbito. “Tenía muchas dudas sobre mi rendimiento hoy porque llevaba bastante tiempo sin disputar una contrarreloj al 100%”, explicó. A la inactividad, rota apenas dos semanas antes en la Vuelta a Suiza, se suma su rol en Team Ineos: gregario de lujo, siempre consagrado a las victorias de sus líderes, lo cual cercena sus opciones de lucimiento individual salvo en citas escogidas. Incluso en Yecla tenía su estatus en mente. “Los objetivos de hoy -contó- eran ganar y hacer un buen test de cara a la CRE del Tour de Francia”. Misiones, ambas, cumplidas.