CICLISMO AFICIONADO
Urbano y Azparren se proclamaron campeones de España sub23.
Nunca el desenlace de un Nacional había registrado semejante número de caídas. El único que no se fue al suelo de los cuatro hombres que marchaban en cabeza de carrera fue el que ganó. Y no fue otro que el malagueño Carmelo Urbano, 22 años y cuarta temporada como sub23, aunque sólo lleva tres en carretera después de su periplo en el mountain bike. Urbano se sacó la espina de la medalla de plata lograda hace un año en Castellón. Quizá la destreza de la que hacía gala en los descensos beteteros le dio el oro esta vez. El complicado descenso del Castillo de Lorca, ubicado a cuatro kilómetros de la meta, deparó una sucesión de caídas, pero no acabó ahí la cosa. En el último kilómetro, Arturo Grávalos rodaba con unos metros de ventaja sobre Carmelo Urbano. El navarro criado en La Rioja cayó en una curva a derechas y dejó la victoria en bandeja al de Coín, que se llevó el triunfo para Andalucía ocho años después de que el granadino Román Osuna se colgase la última medalla de oro para esta comunidad. Cuatro corredores afrontaron destacados el último escollo de la carrera: Carmelo Urbano (Andalucía), Arturo Grávalos (La Rioja), Roger Adriá (Cataluña) y Oier Ibarguren (Euskadi). Adriá atacó en las rampas, pero sus compañeros de fuga lograron contactar y coronaron todos juntos. Sin embargo, Adriá se fue al suelo en la bajada como Oier Ibarguren, este por partida doble, quien pese a ello se colgó la medalla de bronce tras los mencionados Urbano y Grávalos.
CALOR Y ESCAPADAS
El fuerte calor fue el otro ingrediente principal de un Campeonato de España que partió de Archena con destino a Lorca tras 157 kilómetros con las ascensiones a Gebas, La Perdiz, Santa Totana y el Castillo de Lorca. Desde la salida se produjeron numerosas escapadas hasta que, en el kilómetro 35, se consolidó un corte de treinta unidades que fue adquiriendo ventaja. En el km 74 su renta era ya de 4’10’’. Cataluña no introdujo ningún ciclista hasta que Roger Adriá saltó desde atrás y conectó subiendo La Perdiz. Poco después, el vencedor de la Copa de España se terminaba marchando junto a Grávalos e Ibarguren. En el kilómetro 108, Grávalos se fajó de ambos, formándose un grupo de ocho corredores en su persecución compuesto por Ibarguren (Euskadi), Urbano y Jiménez (Andalucía), Hernández (Castilla y León), Gómiz (Comunidad Valenciana), Barros (Galicia), Araiz (Navarra) y Adriá (Cataluña). La exhibición de rodar por el llano de Arturo Grávalos estaba siendo de muchos quilates, lo que le llevó a coronar La Santa con 35 segundos de ventaja sobre Adriá, Ibarguren y Urbano, que saltaron desde atrás en busca del tudelano afincado en La Rioja.