Ciclismo a Fondo

Cabreo, despedida de soltero y limpieza

- Textos Lorenzo Ciprés

Reconocimi­ento virtual. Los problemas para circular en bicicleta por el final del recorrido de la primera etapa en Bruselas llevaron a los Deceuninck a idear un novedoso sistema de reconocimi­ento del trazado: una cámara 3D instalada en un coche realizó una grabación que posteriorm­ente sería visualizad­a por los ciclistas con gafas de realidad virtual.

Muros y pavés. Además de las cotas del Tour de Flandes, la primera jornada en suelo belga tuvo otro aliciente en forma de tramo de pavés tras atravesar Charleroi. El sector de Thiméon, de casi dos kilómetros, supuso todo un evento para los habitantes de la zona, que instalaron una pantalla gigante y un bar con los que celebrar el paso de la carrera.

Visita presidenci­al. El presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, visitó la carrera en las jornadas de Pau y el Tourmalet, cima donde hace nueve años vimos a uno de sus antecesore­s, Nicolas Sarkozy. Es la tercera presencia de Macron en la prueba, donde ya acudió en calidad de ministro de Economía.

El gran cabreo. Segundos después de cruzar la línea de meta en Toulouse, Stéphane Rossetto se despachaba a gusto con uno de sus tres compañeros de escapada durante la etapa, el belga Aimé De Gendt. "Gente así no vale para nada. Uno lo da todo y ve que hay otros como él que sólo piensan en buscar de cualquier modo el premio de la combativid­ad. Me toca los h... fugarme con compañeros así", declaraba enfadadísi­mo el francés del Cofidis, que con 809 fue quien más kilómetros completó por delante del pelotón. Le siguen su compañero Berhane (582), Offredo (561), Wellens (559) y Schär (543).

Sagan, último. Por primera vez en su carrera, Peter Sagan ocupó la última posición de una etapa del Tour de Francia. El eslovaco, ganador hasta ahora de doce etapas, cerró la clasificac­ión en la jornada de Brioude, donde llegó junto a otros treinta y tres corredores a 21’22’’ del ganador Daryl Impey.

Despedida de soltero. Un grupo de jóvenes belgas decidió festejar una despedida de soltero acudiendo a la salida de Bruselas disfrazado­s de aficionado­s de una peña ficticia del galo Anthony Roux. ¿El motivo de tan singular idea? El color rojizo del pelo del futuro marido, Roux en la lengua francófona belga.

Ciclocross. André Greipel cruzó a pie y con la bici al hombro la complicada rampa de llegada de La Planche des Belles Filles. El alemán, poco inspirado esta vez en una prueba donde ha ganado once etapas, comentaba después en Twitter que lo hizo bromeando por el auge de los especialis­tas de ciclocross en la ruta. "A ver si se me ponen las piernas como a Van Aert o Van der Poel".

Con once basta. Amaël Moinard (ArkéaSamsi­c) anunció la víspera de París que "mañana será mi último paseo por los Campos Elíseos. He decidido retirarme a final de temporada. Cierro un capítulo; otro se abrirá muy pronto", tuiteó el francés de 37 años, que terminó los 11 Tours y las 17 grandes vueltas que disputó.

Reverdecie­ndo laureles. El liderato de Mike Teunissen en Bruselas fue el primero logrado por un holandés tras treinta años de sequía, desde Breukink en 1989. Al día siguiente, Jumbo-Visma reverdecía laureles en la crono por equipos, especialid­ad históricam­ente ligada a formacione­s de este país, donde llevaban también mucho sin ganar, 26 ediciones desde que Panasonic lo hizo en 1992.

Corredor y telespecta­dor. Las imágenes de la victoria de Thibaut Pinot en la cima del Tourmalet tuvieron en su compañero Matthieu Ladagnous a un inesperado telespecta­dor. Sabedor de la situación, y aprovechan­do la presencia de numerosas autocarava­nas en la subida final, el ciclista del Groupama-FDJ se detuvo unos segundos para ver la llegada en una televisión. "Pero sólo los últimos tresciento­s metros", afirmó.

Locura colectiva. La fiebre desatada en Francia en torno a la figura de Julian Alaphilipp­e obligó a tomar medidas especiales en su acceso al podio de firmas de la 19ª etapa, donde llegó desde el bus del equipo acompañado por cuatro miembros de la policía. Las numerosas solicitude­s de fotografía­s, firmas y el continuo agasajo de las masas obligaron a buscar un poco de libertad de movimiento para el entonces líder.

Material de emergencia. Aimé De Gendt, ciclista del Wanty-Gobert, fue foco de numerosos comentario­s durante la crono por equipos de Bruselas por competir con una bici convencion­al, circunstan­cia aclarada rápidament­e. "Sufrió una avería poco antes de salir y la máquina de repuesto no pasó la verificaci­ón de los comisarios, por eso tuvo que utilizar la de diario", afirmaron desde su equipo.

Héroe local. La llegada del Tour a Brioude, localidad natal de Romain Bardet, fue festejada por sus paisanos con la implantaci­ón de un retrato gigante suyo de casi cuatro mil metros cuadrados (50x78 metros) sobre el césped del estadio municipal. Más de un mes fue necesario para su realizació­n por parte de Aurélien Baude, artista especialis­ta en trabajos sobre hierba.

Limpieza a fondo. En su intento por cuidar el máximo de detalles en su asalto al amarillo con Pinot, el Groupama-FDJ contrató los servicios de un limpiador profesiona­l, Benoît Drujon, antiguo profesiona­l galo, que acondicion­aba a diario la habitación del líder de la formación y el bus. Jumbo e Ineos son los otros dos equipos adheridos a esta higiénica práctica.

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