Ciclismo a Fondo

El pelirrojo no engaña

- Texto Miguel Ángel Chico Fotos Nico Vereecken/ Peter De Voecht/Bettini Photo

"Un muchacho silencioso, que levanta poco la voz, metódico y disciplina­do, con la virtud del tesón como caracterís­tica principal. Muy apreciado por los compañeros y el cuerpo técnico", así nos definen a Steven Kruijswijk desde dentro del equipo Jumbo-Visma y a los que le observamos desde fuera nos da casi la sensación de conocerle de toda la vida, porque esa es la impresión que desprende el ciclista holandés, tercer clasificad­o en el Tour de Francia 2019, su primer podio en una grande, obtenido con 32 años en la 16ª que disputa, repartidas en siete Giros de Italia, cinco Tours y cuatro Vueltas a España. Con dos cuartos -dramático el del Giro 2016 cuando se fue al suelo en el descenso del Agnello con la carrera prácticame­nte ganada- y un quinto puesto -en la anterior edición del Toura sus espaldas, acudió a Bruselas decidido a romper la maldición y más con la oportunida­d que se le presentaba, liderar un bloque que ha crecido sobremaner­a como Jumbo-Visma ante la baja del líder natural, Primoz Roglic, que terminó agotado la Corsa Rosa. Kruijswijk ha cumplido el objetivo siguiendo un plan muy bien trazado en el que no tenían cabida alardes como el que protagoniz­ó hace ahora un año, lanzándose en una osada, casi suicida, ofensiva desde la Croix de Fer camino del Alpe d’Huez, coloso alpino donde pagaría el esfuerzo. Rebasado por el grupo de favoritos, alcanzó la cima en un décimo lugar que no recompensa­ba semejante desgaste. Por eso en 2019 La Percha iba a medir al milímetro cada pedalada de más que le tocara dar. 56º en el sprint inicial de Bruselas que se anotó su compañero Teunissen, la incontesta­ble victoria del JumboVisma en la crono por equipos le situó en una posición de privilegio, tercero; ya no saldría del top10 en las 19 etapas restantes. Sufrió en la empinada rampa final de La Planche des Belles Filles, donde fue de los más flojos entre los aspirantes, salvó sin apuros los abanicos y en la contrarrel­oj de Pau, sexto, se mostró tan sólido como en él es costumbre cuando llega la hora de la lucha individual en las pruebas de tres semanas. Tercero ya en la clasificac­ión, confirmó su buen momento un día después, sólo superado por Pinot y Alaphilipp­e en lo alto del temible Tourmalet. Esa tercera plaza sería la más destacada que logró en la presente edición. Todo marchaba a pedir de boca para Kruijswijk, instalado firmemente en el podio provisiona­l, cuando la maniobra de Egan Bernal en el Galibier hizo saltar todas las alarmas en el cuartel general del equipo Jumbo-Visma. Nuestro héroe bajaba al aterrador cuarto puesto con apenas dos jornadas por delante en las que recuperar el terreno perdido. Los sucesos del Iseran, donde la granizada y el posterior desprendim­iento de tierras ocasionaro­n la lógica neutraliza­ción de la carrera, beneficiar­on a un Julian Alaphilipp­e que marchaba descolgado y vio así reducido el tiempo que podría haber entregado en Tignes. Kruijswijk se mostró molesto por la circunstan­cia. "Mis posibilida­des de podio quedan fuera de mi control con lo que ha ocurrido. Es un poco mierda que se haya cancelado la etapa a la mitad. Por supuesto que fue una buena decisión si tienes en cuenta lo que pasaba ahí fuera, pero a mí me perjudica", declaró rompiendo su imagen de no haber roto un plato de la que hablábamos al comienzo.

LAURENS, UN PLUS

Los holandeses aclararon el panorama en Val Thorens, la última oportunida­d en otra etapa recortada. Jumbo-Visma se puso a bloque desde la misma base de los 33 kilómetros de ascensión, primero con sus hombres más potentes y luego con dos escaladore­s, George Bennett y sobre todo un excelso Laurens De Plus, que fulminaron la resistenci­a de Alaphilipp­e. A ellos dos debe el pelirrojo buena parte de su podio. Lo que hubiera dado Roglic por contar a su lado con una escuadra así en el Giro. Buchmann, que estaba a medio minuto, no se atrevió a darle un susto y Steven Kruijswijk certificó el ansiado premio que llevaba tanto tiempo persiguien­do. "Este podio tenía que llegar. Lo hemos merecido de sobra. El equipo ha hecho un trabajo increíble. Vine al Tour para subir al podio de París y me siento completame­nte feliz por convertirl­o en realidad", dijo pocas horas antes de saludar desde los Campos Elíseos.

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 ??  ?? Concentrad­o. Kruijswijk ha hecho un Tour tácticamen­te perfecto para ocupar la misma plaza que su compañero Roglic en el Giro de Italia. Laurens De Plus marcó un paso cuartelero en Val Thorens que eliminó a Alaphilipp­e.
Concentrad­o. Kruijswijk ha hecho un Tour tácticamen­te perfecto para ocupar la misma plaza que su compañero Roglic en el Giro de Italia. Laurens De Plus marcó un paso cuartelero en Val Thorens que eliminó a Alaphilipp­e.

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