Ciclismo a Fondo

KLASIKA DE ORDIZIA

Rafa Valls puso la guinda al trabajo de Movistar Team, que controló la 96ª edición de la Prueba Villafranc­a-Ordiziako Klasika. En el podio le acompañaro­n Chuchi del Pino (Vito Feirense) y Chupe López-Cózar (Euskadi-Murias).

- Texto Álvaro Calleja Fotos Luis Ángel Gómez/Photo Gomez Sport

Rafa Valls destierra el mal fario.

Ni Ordizia era el Tirol, ni la victoria fue a ritmo lento, pero como el apellido del feliz protagonis­ta pone en bandeja el titular, el autor de estas líneas se ha visto obligado a resumir así el elegante baile que se marcó Rafa Valls, un alicantino de 32 años, bajo el sol abrasador de la longeva Klasika de Ordizia. Con el termómetro asustando a los presentes -llegó a gritar 36 grados-, la prueba guipuzcoan­a vivió una agitada cita en la que el calor fue la guinda de dureza para un ya de por sí exigente circuito, con cinco pasos por el alto de Abaltziske­ta, coronándos­e el último de ellos a escasos cinco kilómetros de la meta en Ordizia. De Ordizia, precisamen­te, había partido 165,7 kilómetros atrás un pelotón pobre en equipos World Tour, representa­do únicamente por Movistar Team, en el que además su máxima estrella para la carrera vasca, Richard Carapaz, era anunciada como baja de última hora. Las consecuenc­ias de su marcha al todopodero­so Ineos provocaron una lista de inscritos sin la luz más brillante, pero con la alegría de comprobar que el ciclismo español cuenta, tras tantas años huérfano de escuadras, con un nutrido grupo de bloques peleones. Junto al mencionado Movistar, en la 96ª Prueba Villafranc­a-Ordiziako Klasika se dieron cita los tres conjuntos de la segunda categoría (Caja Rural-Seguros RGA, Euskadi-Murias y Burgos-BH), así como los dos continenta­les (Fundación Euskadi y Kometa Cycling Team). El Israel Cycling Academy de Rubén Plaza y el Delko Marseille de Javi Moreno y Delio Fernández subían el nivel de un pelotón completado por los habituales equipos portuguese­s y un puñado de otros cada vez menos exóticos: el estadounid­ense 303 Project, el paraguayo Massi Vivo, el bahreiní VIB Sports, el hispano-guineano Guerciotti-Kiwi Atlántico o la animosa Selección japonesa.

JUGADA PERFECTA DE MOVISTAR

Por si había alguna duda, quedó claro desde el inicio que Movistar Team quería decir bien alto por qué era el mejor equipo de los presentes. Dominó con

claridad toda la jornada, sabiendo mover Pablo Lastras sus piezas desde el coche telefónico. Al principio, el peso de la escuadra azul recayó sobre las piernas del balear Lluís Mas y del albaceteño Héctor Carretero, que trataron de ahogar la escapada del día. En ella iban viejos conocidos como Gustavo César Veloso (W52/FC Porto), Ramunas Navardausk­as (Delko Marseille) o Domingos Gonçalves (Caja Rural-Seguros RGA), además del asiático Shotaro Iribe (Selección japonesa), el prometedor Diego Pablo Sevilla (Kometa Cycling Team) y los vascos Mikel Alonso y Peio Goikoetxea (Fundación Euskadi). Una vez neutraliza­dos a 60 kilómetros del final, fue el turno del murciano Rubén Fernández y del oscense Jaime Castrillo. El primero llegó a lanzar hasta tres ataques, consiguien­do abrir un pequeño hueco junto a Sergei Chernetski­i (Caja Rural-Seguros RGA) y Chuchi del Pino (Vito Feirense), quien estaba de dulce. También lo probó el segundo, el de Jaca, con la intención de

romper la monotonía de un pelotón que amenazaba con, por fin, dinamitars­e. A ello contribuye­ron corredores como el portugués Joao Rodrigues (W52/ FC Porto) o el gallego Delio Fernández (Delko Marseille), que mostraron su lado más ofensivo.

IMPERIAL VALLS

Superada la segunda ascensión a Altzo y encarada ya la quinta subida a Abaltziske­ta, llegó el momento de Rafa Valls, que se lanzó a 12 km de regresar a Ordizia. El de Cocentaina, ex de conjuntos como Geox, Vacansolei­l, Lampre-Merida o Lotto-Soudal, logró con su arrancada unos metros de ventaja que ya le serían suficiente­s para llegar destacado a la meta. Coronó Abaltziske­ta con veinte segundos de diferencia sobre lo que quedaba de pelotón, en el que Movistar Team continuaba controland­o todo con un Antonio Pedrero que saltaba tras quien osara intentar dar caza a su compañero. Valls, que cruzó la pancarta final en solitario y con margen de sobra para

celebrarlo como merecía la ocasión, rompía así una sequía que había dejado vacío su palmarés desde hacía más de cuatro años, desde aquella general conquistad­a en el Tour de Omán ante algunas de las figuras del pelotón mundial. “Conseguir esta victoria es especial para mí; la gente no se puede imaginar cuánto”, dijo, emocionado, Rafa, que no se creía aún que había cortado una mala racha que le torturaba. “No ha sido un camino fácil con las lesiones, especialme­nte en estos cuatro últimos años tras el triunfo en Omán. Siempre resulta difícil levantar la cabeza después de una caída, aunque es aún más complicado cuando desde aquel éxito sólo venían disgustos. Si sacaba la cabeza, otra lesión me la volvía a hundir. Así se hace muy duro entrenar y mantenerse motivado. Hoy, al menos, me llevo algo de premio para compensar esas desilusion­es”. El premio llegó, en gran parte, por el estupendo trabajo del Movistar. “Aunque, la verdad, hemos corrido un poco a contrapié al inicio”, admitió el ganador, que sucede en el historial de la Klasika de Ordizia al australian­o Rob Power, quien dio la victoria en 2018 al Mitchelton­Scott, entonces su equipo -este curso fichó por Team Sunweb-. “Nuestra idea era estar en cada fuga y que todos pudiésemos tener oportunida­des, pero no hemos entrado en ese primer corte. Afortunada­mente, el equipo ha controlado muy bien para mantenerlo cerca, con Lluís impresiona­nte tirando, y con el resto de compañeros también muy, muy bien”. A partir de ahí, según Rafa Valls, el guion pensado por Movistar Team empezó a funcionar. “Hemos estado en todos los movimiento­s posteriore­s”, contó el ya veterano ciclista. “Mi posición era la de reservarme un poco para el final. Sabía que teniendo siempre uno delante podía ir tranquilo, y una vez han cazado a Rubén, he podido saltar y marcharme. Nos ha acabado saliendo muy bien”. Y tan bien, pues la jugada maestra de la escuadra navarra acabó dándole su victoria más ansiada, la que rompe cuatro años y medio para olvidar.

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1 A la fuga. Gustavo César Veloso -aquí junto al lituano Navardausk­asafinó su golpe de pedal de cara a la Volta a Portugal.
1 1 A la fuga. Gustavo César Veloso -aquí junto al lituano Navardausk­asafinó su golpe de pedal de cara a la Volta a Portugal.
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podio. El holandés Jetse Bol fue la mejor baza del Burgos-BH y terminó cuarto, tercero en el sprint del primer grupo. 2
2 Al borde del podio. El holandés Jetse Bol fue la mejor baza del Burgos-BH y terminó cuarto, tercero en el sprint del primer grupo. 2
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 ??  ?? 4 Despegue. Pocas veces se capta con tanta precisión el ataque ganador. Rafa Valls arranca decidido camino de su primera diana con Movistar Team. 4
4 Despegue. Pocas veces se capta con tanta precisión el ataque ganador. Rafa Valls arranca decidido camino de su primera diana con Movistar Team. 4
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Cualquier lugar es bueno para seguir una bonita carrera que además se celebra en un día festivo. 5
5 Expectació­n. Cualquier lugar es bueno para seguir una bonita carrera que además se celebra en un día festivo. 5

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