Clásicos navideños
Cerramos la primera edición de 2020, que por esas anacrónicas normas del ciclismo todavía no puede incluir imágenes de los corredores con sus nuevas equipaciones, y andamos enredados en los mismos asuntos de temporadas precedentes.
Un clásico de estas fechas es la lista de licencias que concede la UCI, tema que me aburre soberanamente. Unas páginas más adelante tenéis cómo está la situación burocrática a mediados de diciembre.
Algo más estimulante resulta el debate sobre las invitaciones a las tres grandes. La renuncia oficial del Direct Energie al Giro de Italia, cuya participación tenía garantizada, abre el panorama a los rectores de la Corsa Rosa. Fijo en el Tour de Francia, ¿se descartará también el equipo galo para La Vuelta? Aunque sea así, la papeleta para la ronda española no es sencilla. Con 19 World Team confirmados sólo restan tres plazas, incluso en el caso de que no acuda el Direct Energie.
Burgos-BH y Caja Rural-Seguros RGA serían dos apuestas seguras, pero en el horizonte aparecen el Corendon del rutilante Mathieu Van der Poel, y no olvidemos que la carrera arranca desde Holanda; el Arkéa-Samsic, con el tan exótico como atractivo tridente que forman Nairo Quintana, Nacer Bouhanni y Warren Barguil; e incluso la relanzada Fundación Euskadi, aunque su presencia se me antoja muy poco probable en la campaña en la que retorna a la categoría profesional.
Una de las últimas noticias del año es también una de las que mayor ilusión me ha hecho. Albert Torres y Sebastián Mora se incorporan al Movistar Team, que además se ha brindado a dar las facilidades necesarias para que nuestros pistards preparen la cita olímpica de Tokio. Es un win-win -que dicen los cursis- de manual para todas las partes implicadas. Suerte para ambos en la tarea que tratarán de culminar con una medalla al otro lado del mundo dentro de más de siete meses. Ya que estamos con los buenos deseos y con los topicazos de unas fechas entrañables, feliz 2020 para la familia ciclista, en especial para ti que lees estas líneas.