Nueva era
Las leyes del mercado son inexorables y han obligado a que hasta Cannondale, cuyo buque insignia mantenía ese entrañable corte de bici clásica, tenga que plegarse ante la tendencia hacia máquinas escaladoras y aerodinámicas.
LA GRAN PRUEBA
Cannondale SuperSix EVO Hi-Mod Disc, una nueva era.
No ha debido ser fácil para la firma estadounidense poner fin al característico diseño de uno de los modelos más queridos y una de las últimas representantes del diseño de bici clásica con tubos estilizados y doble triángulo al estilo tradicional. A mediados de año, cuando Cannondale nos convocó a una presentación en su sede europea de Friburgo, ya nos esperábamos lo que nos íbamos a encontrar. La marca claudicaba y daba un completo giro al diseño de su SuperSix, optando por el cada vez más habitual diseño en el que aerodinámica y dotes escaladoras se dan la mano. Para cumplir el primer requisito los tubos adquieren formas perfiladas con los omnipresentes tubos truncados al máximo y de sección contenida para añadir la menor cantidad de material posible y no perjudicar el segundo objetivo. Aun así, la ganancia de peso es inevitable como ocurre siempre que añades atributos aerodinámicos. Una ganancia que no viene sólo del cuadro, sino también del conjunto de la dirección diseñado para albergar en su interior todo el cableado sin que nada quede al aire. Tras sacudirnos la decepción inicial reiniciamos el cerebro y nos centramos en analizar qué nos ofrece esta nueva generación de SuperSix, ya probada a fondo en nuestras carreteras donde contamos con todas las referencias de cómo se porta cada bicicleta. Evidentemente, el peso añadido resta un poco de vivacidad respecto a la SuperSix que conocíamos, sin embargo las preocupaciones desaparecen rápido al comprobar que la bici conserva gran parte de ese nervio que nos atraía de su predecesora. La gran factura del cuadro está fuera de toda duda y la solidez sigue siendo palpable al ponernos de pie y meter vatios. Igual de patente nos queda su capacidad de filtrar las irregularidades gracias a un diseño SAVE que Cannondale tiene más que trabajado. Aparte de lo que salta a la vista, el principal cambio lo encontramos en los retoques geométricos que humanizan esta bici y la hacen más asequible a todos los públicos cuando la velocidad se eleva, eso sí, sin olvidar que nos encontramos ante una bicicleta puramente deportiva.
Experiencia
A estas alturas no vamos a descubrir el saber hacer con que cuenta Cannondale a la hora de desarrollar sus cuadros de carbono BallisTec. Tampoco son unos novatos en el tema aerodinámico, ya que hace algo más de un año presentaban su SystemSix, una bici con la que han acumulado un importante bagaje, especialmente en lo que respecta a la aplicación de las distintas soluciones de diseño como el perfil más adecuado de los tubos o la disposición de los tirantes de anclaje bajo. La necesidad de contener la báscula ha obligado a los ingenieros a gestionar el diseño cuidadosamente para evitar disparar el peso. Es por ello que sus tubos son espectacularmente estilizados algo que, sin embargo, no ha tenido consecuencias en la rigidez del bastidor, que se mantiene con la firmeza que cabe esperar de un modelo deportivo y que disfrutamos en la precisión a la hora de trazar. Destacar los amplios pasos de rueda que permiten montar cubiertas de hasta 30 mm.
Cómoda
Bici deportiva y absorbente a menudo son términos contrapuestos. No en el caso de Cannondale, donde desde hace años han ido evolucionando el diseño denominado SAVE. Reducir al máximo la sección de sus tirantes y aplanar y curvar la parte intermedia de las vainas, zonas en las que además se elige el tipo de fibra y su colocación para favorecer la flexión vertical, se muestra una opción eficiente a la hora de mitigar los baches que llegan desde el asfalto. Unas cualidades que se complementan con la elasticidad de la tija de sillín, que además de su escasa sección cuenta con una parte superior destinada específicamente a este fin. Las cubiertas Vittoria Corsa de 25 mm -en realidad más ya que la anchura de las llantas provoca que el balón efectivo sea mayor- consiguen un conjunto sobre el que podemos rodar durante horas sin más problema que la fatiga acumulada. Algo de agradecer si tenemos en cuenta el gran nivel general de rigidez con que cuenta esta SuperSix.
Integración total
Esconder los cables en su totalidad, además de un motivo estético, resulta esencial en la mejora de la aerodinámica de cualquier nuevo modelo. Cannondale lo resuelve con nota creando un canal específico en la pipa para los latiguillos por delante de la posición del tubo de la horquilla por donde circulan sin problema. Para evitar cizallamientos con esa configuración, la dirección cuenta con topes de giro. El manillar y la potencia son independientes, aunque creados para trabajar formando un conjunto perfectamente integrado. Esto facilita adecuar las medidas a nuestras necesidades de forma más sencilla, a la vez que permite un pequeño ajuste de inclinación de 8º, y de paso reduce los costes de producción. Resultan rígidos y con una ergonomía adecuada, aunque, sin haberlos pasado por la báscula, nos da la sensación de que nos son especialmente ligeros, sobre todo si tenemos en cuenta los gruesos tornillos de unión de ambos elementos.
A toda potencia
Poco a poco se va normalizando la presencia de medidores de potencia en las bicis como instrumento indispensable para quienes siguen un plan de entrenamiento. Los fabricantes se han dado cuenta de la mayor demanda de este accesorio y han comenzado a ofrecerlo en los montajes de serie de sus bicis más deportivas. En el caso de esta SuperSix nos encontramos en las afamadas bielas HollowGram de Cannondale una araña Power2Max. Sin embargo, cuenta con una pequeña peculiaridad: se ha montado como si fuera un extra y para poder utilizarlo es necesaria su activación. Para ello tenemos que desembolsar 490 €, una cifra más asequible que los 990 € que nos costaría adquirirlo por separado. Ofrece medición completa de ambas piernas y, aunque es capaz de aportarnos métricas de potencia, la activación de estas supone otro pequeño extra.
GEOMETRÍA
Relajación general de cotas en esta nueva SuperSix, tanto en las que afectan al manejo, con una dirección ligeramente más abierta -la décima de grado que varía el ángulo de dirección hace aumentar el trail en 2 mm- y 3 mm más entre ejes -la misma cifra que crecen sus vainas-; como en las que influyen en la colocación del ciclista con un puesto de conducción que reduce su alcance en 3 mm y una dirección que sube 7 mm. Unos cambios pequeños pero que son suficientes para quitar radicalidad a las medidas de esta bici con el claro objetivo de ampliar el rango de ciclistas que son capaces de manejar con solvencia esta SuperSix. De hecho, el mayor aplomo a alta velocidad es, sin lugar a dudas, el principal cambio que se percibe al montar en ella respecto a las anteriores versiones que han pasado por nuestras manos.
» La SuperSix cambia su concepto pero no sus prestaciones.