¿Y ellas, qué?
No es fácil cambiar de país, de entorno y alejarse de la familia y los seres queridos para un ciclista. Pero mucho menos lo es para quienes les acompañan. Las parejas, mujeres y novias de los corredores que residen en Andorra, también lo dejaron todo atrás por seguirles, un tremendo cambio de vida que quizás notan mucho más ellas, que viven aquí y no viajan continuamente o entrenan durante horas cuando están en casa. Pero la gran mayoría se ha adaptado a la perfección. Raquel Traid gestiona Podoactiva junto a su marido Ángel Vicioso -ambos en la imagen-, mientras que Chari Rodríguez, la esposa de Xavi Florencio y también ex corredora profesional, hasta ahora director del Katusha y residentes en Andorra desde que era ciclista, trabaja en Commencal Spot en el desarrollo de la práctica del ciclismo en Andorra, especialmente entre las mujeres.
Otras, como la catalana Anna, mujer de Jack Haig, regenta Orange Goat, una cafetería de desayunos, almuerzos y comidas healthy en Escaldes-Engordany. "Cuando vino a vivir aquí, al principio fue difícil para ella. No tenía trabajo y estudiaba en la universidad a distancia. Se pasaba el día en casa, sola. Con la cafetería ha hecho muchos amigos y se siente más integrada", cuenta Haig. Mientras, Carla, la novia de Iván García Cortina, está empezando a poner en marcha una empresa de entrenamientos y masaje, "enfocada sobre todo a practicantes y amantes del ciclismo, no tanto a profesionales. Y sobre todo para las mujeres", explica el asturiano. Las dos disfrutan también con la amplia oferta deportiva que ofrece Andorra. "Carla está aprendiendo el skimo", afirma Cortina, "y Anna también lo practica, además de ir mucho al gimnasio", concluye el australiano.