Deseos imposibles
Le planteamos un pequeño juego, pidiéndole que contratara virtualmente a tres ciclistas que hubiese deseado tener a sus órdenes. "Alberto -Contador-, por supuesto, que estuvo prácticamente cerrado y es de los pocos grandes corredores que no hemos podido incorporar en estos cuarenta años". Después del indiscutible madrileño, se inclina por "los chavales que se han convertido en grandes gregarios. Ese ciclismo en silencio y alejado de los focos que es vital para que otros consigan sus gestas. Ahora, por ejemplo, me impresiona ver a Kwiatkowski, un corredor de primera fila, poniendo tanta calidad al servicio de un compañero". Nuestro protagonista desarrolla su admiración por la figura del gregario. "Son aguadores en la etapa, sí, pero también resultan vitales como compañeros en la habitación y generan el punto de humor en ciertos momentos que te ayuda a manejar a los grandes líderes para alcanzar el equilibrio emocional. Cada vez es más difícil ser una figura en cualquier cosa y la vida brinda tantas oportunidades de cometer errores... Por eso es fundamental tener a alguien como Imanol -Erviti- en el caso de Alejandro, que le conoce y sabe manejar sus tiempos. Leanizbarrutia es otro ciclista de este corte que me encantaba".