Influencers
Hoy los llaman 'influencers', pero los líderes de opinión han existido siempre: personas que por su conocimiento y experiencia pueden expresar una opinión fundamentada y, por tanto, de gran valor, sobre cualquier asunto que entre dentro de su área de conocimiento. La popularidad y el crecimiento de Internet y las redes sociales han abierto un nuevo campo de trabajo a estos influencers, de manera que Twitter, Facebook o Instagram les permiten difundir sus contenidos y opiniones en un radio de acción prácticamente infinito. Todo esto no es ajeno al mundo de la bicicleta, y más concretamente a los temas propios de los usuarios, que muchas veces nos enfrentamos a decisiones complejas. Por ejemplo, a la hora de adquirir una bici o solucionar un problema mecánico. Yo mismo me he sentido tentado de recabar la opinión de los que, por su trabajo, saben más de ciertos temas y así lo he hecho, sin entender que eso que hago es gratis, como la mayoría de las cosas que pretendemos obtener de Internet, a pesar de que detrás haya personas que te dedican su tiempo, sean los cinco minutos de escribir un comentario. Pero si esa persona está ahí y vive de esa actividad, tengamos claro que alguien le estará pagando por su tiempo y, sobre todo, su conocimiento. Aquí entran las marcas comerciales, que la mayoría de las veces están detrás de estos profesionales para que promocionen sus productos. Los exciclistas están encontrando una buena oportunidad profesional una vez que cuelgan la bicicleta, pero no podemos esperar que trabajen por nuestro interés, sino al servicio de quien les pague. No pretendo denostar esta actividad, pero tampoco es la panacea. Si queremos algo más que una opinión de usuario, tendremos que pagarla de un modo u otro.