Carpetazo a un año para olvidar

Hace doce meses, Sebastián Molano debutaba a lo grande con su nuevo equipo -al que llegó procedente del Manzana Postobón-, levantando los brazos ante Alaphilippe en la tercera etapa del Tour Colombia. Después, todo se torció. En la clásica belga Omloop Het Nieuwsblad se cayó y se fracturó un hueso de la mano, lo que le obligó a parar un mes. En abril corrió el Giro de Sicilia y la Vuelta a Turquía pero, renqueante, no pudo brillar. Lo peor, sin embargo, llegaría en mayo. Molano se encontraba en Italia disputando el Giro cuando fue apartado por su equipo tras dar "resultados fisiológicos aparentemente anómalos" en un examen interno. El ciclista de Paipa siempre defendió no haber recurrido a sustancias ni métodos prohibidos. Tras dos meses de incertidumbre, el UAE Team Emirates y la UCI anunciaron que podía volver a competir, ya que los nuevos análisis arrojaban valores normales. Superada la pesadilla, volvió a las carreras -Adriatica Ionica Race, BinckBank Tour,

Vuelta a España y Tour de Guangxi- pero los resultados no mejoraron. Decidió cerrar página de una temporada nefasta y centrarse en entrenar duro. Los frutos se vieron en este Tour Colombia, en el que se mostró más poderoso que nunca en las volatas. "Es una victoria que me viene bien después de todo lo que pasó en 2019", dijo tras su primer triunfo en Duitama. Después llegarían dos más y la sensación de que puede ser un gran año para él.