LA GRAN PRUEBA
Por alguna extraña razón, cuando montamos en bicicleta solemos tener la sensación de que el viento nunca nos favorece. La Turbo Creo SL ha llegado decidida a cambiar esa percepción.
Specialized S-Works Turbo Creo SL, un test muy esperado.
Estos meses invernales quizás han sido el mejor momento para probar la nueva creación eléctrica de la marca californiana. Esta época del año en la que la forma está justa y el peso por encima de lo ideal, donde tratas de huir de las subidas por el sufrimiento extra que nos suponen. Como si fuera ese pequeño empujoncito o ese grito de ánimo que nos hace sacar fuerzas que creíamos no tener, la asistencia eléctrica ha hecho más placenteras las salidas de estas últimas semanas en una bici que es, a todas luces, una bici. Tanto en comportamiento como en apariencia. De hecho, el primer día que la probamos no podemos evitar comenzar a rodar sin activar el motor. Sorpresa, no supone ningún trauma. La bici se mueve con soltura y no percibimos que los mecanismos que se alojan en el pedalier nos frenen. Evidentemente sus más de 12 kg se dejan notar sin ayuda, pero los podemos mover perfectamente. Es un peso similar al de muchas bicis de montaña. Activamos el sistema en modo Eco y percibimos más soltura de movimiento, aunque el empuje es sutil y los vatios que suben nos dicen que es el justo para compensar el peso añadido. Es en los dos modos superiores donde percibimos que el motor ayuda de verdad y que podemos escalar más rápido, aunque, a pesar de lo que muchos creen, esto no es un ciclomotor. Hay que dar pedales y para subir a los 25 km/h donde se corta el empuje se necesitan muchos vatios. Recordando el eslogan con el que se publicita esta bici: sigues siendo tú, pero más rápido. En lo puramente dinámico, es increíble cómo podemos afrontar las distintas curvas y frenadas de nuestros recorridos exactamente de la misma forma en que lo hacemos con cualquier otra bici, llegando en muchos momentos a olvidarnos de que llevamos un motor del que sólo adquirimos constancia cuando llegamos a ese repecho en el que siempre nos clavamos. Con la Turbo Creo SL, la transición del llano al rampón es progresiva y sin ningún trauma para nuestras poco entrenadas piernas.