FELT AR
Velocidad pura y dura. Es lo que nos promete la renovada AR, en la que Felt ha trabajado concienzudamente la aerodinámica para lograrlo en cualquier condición que encontremos en la carretera.
Contacto con una máquina concebida para rodar a toda velocidad.
Texto Sergio Palomar Fotos Rafa Gómez
Se nos hacía raro que la firma norteamericana no afrontase la renovación de su buque insignia de carretera y la bici que refleja la especial atención que siempre han prestado a la aerodinámica. De hecho, el modelo que ahora os mostramos es tan sólo la tercera generación de esta AR, que se mantenía intacta desde el año 2014.
Pero todo acaba llegando y se nota que en Felt no han dado puntada sin hilo en una bici que, al contrario de la tendencia que hemos observado en el último año de unificar bicis aero y escaladoras, mantiene un concepto de bicicleta cuyo principal objetivo es reducir la resistencia al viento.
MEZCLA PERFECTA
Obviamente, para construir un avión como este hay que partir de la mejor materia prima, que en el caso de la AR son las fibras TeXtreme de la firma
sueca Oxeon. Las láminas de este carbono, en vez de distribuir sus hilos en una dirección unidos entre sí por unas pocas fibras transversales que cohesionan la plancha, como ocurre en el carbono unidireccional usado habitualmente, se distribuyen en una urdimbre de láminas entrelazadas que consiguen una estructura más consistente, logrando con menos material -por tanto peso- similar resistencia y rigidez en todas las direcciones. Aun así, sigue siendo necesario recurrir al carbono UD en determinadas zonas con unos requerimientos muy concretos de rigidez en una dirección. El resultado de este cóctel de fibras es un cuadro relativamente ligero para las grandes secciones de sus tubos y que ayuda a conseguir un peso final muy razonable si tenemos en cuenta que la cifra medida es en Ultegra y con ruedas de gran perfil de cubierta.
PURA AERODINÁMICA
El siguiente paso es dar forma a la bici de la mejor manera posible. Horas de trabajo con el software de dinámica de fluidos y validación de los resultados en el túnel de viento son el ABC de cualquier desarrollo que involucre a la aerodinámica. Como ha sucedido en casi todas las creaciones de los últimos años, los tubos de perfil truncado se imponen por ser la mejor forma de mantener un alto grado de rigidez sin perjudicar la aerodinámica ni elevar el peso. En cualquier caso, sorprende la gran profundidad de los perfiles usados y anchura de los mismos, como en el caso del tubo del sillín. Todo obedece a la optimización para ángulos de viento aparente entre -10 y +10 grados, cifra en la que según las estadísticas el ciclista rueda el 90% del tiempo. Un porcentaje que aumenta si pedaleamos en grupo. Hay que recalcar lo de viento
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Aerodinámica eficiente en el mundo real para la bici más veloz de Felt.
aparente, que en muchas ocasiones se confunde con el ángulo de incidencia del viento. El ángulo aparente es la resultante de la combinación entre el viento y el avance del ciclista, por lo que cuanto más rápido rodamos, más tiende a reducirse. Además de los perfiles truncados, hay que destacar el pequeño carenado que el tubo de sillín realiza sobre la rueda trasera. Su diseño cuenta con unos pequeños lóbulos -fish-lips– que se abren hacia los lados para desviar el flujo de aire del neumático trasero sin importar la medida usada, hasta el máximo de 700x30c que admite la bici. No se han olvidado en el diseño de los frenos de disco, cuyas pinzas se trata de integrar lo máximo posible y los cierres pasantes sin palancas se integran perfectamente en la línea del cuadro. También se recurre a la ocultación de los cables con un kit manillar y potencia de líneas perfiladas, pero en el que se ha primado la practicidad a la resistencia al viento, siendo ambos elementos independientes y pudiendo desmontar la potencia sin necesidad de extraer los cables. Se completa el kit aerodinámico con unas fabulosas ruedas Reynolds cuya estabilidad con viento lateral es sencillamente espectacular pese a sus 58 mm de altura.
PUNTO CÓMODO
Aunque en una bici pensada únicamente para la velocidad no es un aspecto que se suela tener demasiado en cuenta, cuando alargamos las jornadas de pedaleo siempre se agradece un mínimo nivel de absorción. En esta AR se consigue a través de la tija que, pese a la incomodidad que nos pueda sugerir su amplio perfil, recurre a la ingeniosa solución de dividirla verticalmente en dos partes para facilitar la flexión en la dirección de la marcha ante los impactos. Aparte, se ancla al cuadro sobre un casquillo cuyo interior es de goma para filtrar en la medida de lo posible las vibraciones de alta frecuencia.
DIRECTA
Cuando pedaleamos con ella la primera percepción es que estamos ante una bici rocosa. De hecho, se aprecia una cierta descompensación entre la mencionada absorción que aporta en la parte trasera la tija de sillín y un tren delantero que se siente tremendamente directo. Es algo muy de agradecer cuando nos ponemos de pie y balanceamos la bici o cuando descendemos rápido por una carretera con constantes cambios de dirección, pero que, sin embargo, transmite los impactos sin atenuación a nuestros maltrechos brazos. Una solidez que también es aplicable a la zona de pedalier, imposible percibir flexión alguna incluso en parado haciendo palanca sobre una biela. Una buena transferencia de energía que sin duda ayuda a mitigar el peso -por encima de 8 kg en orden de marcha- y que nos permite disfrutar de una gran vivacidad en las reacciones. De nuevo es un tipo de bici que nos provoca un importante autodebate. No es la que elegiríamos para pasar una semana en Alpes o Pirineos -aunque ojo, seguro que tampoco supone demasiado lastre, sobre todo si somos ciclistas de corte rodador y de mover bastantes vatios-, pero si pensamos en nuestras rutas habituales por el sur de Madrid, en el terreno rompepiernas que tanto nos gusta o en puertos cortos, empezamos a soñar con lo que nos puede aportar esta nueva creación de Felt.