CLÁSICA DE ALMERÍA
El velocista alemán del Bora-Hansgrohe se llevó por segundo año consecutivo una Clásica que se resolvió de nuevo al sprint.
Inapelable sprint de Pascal Ackermann.
Los organizadores de la Clásica de Almería habían anunciado un recorrido renovado para su XXXIII edición, con el que pretendían abrir la posibilidad a más movimientos y sorpresas en una prueba históricamente destinada a su resolución al sprint.
Con salida en Roquetas de Mar -la misma localidad que acogería la llegada-, diseñaron una primera mitad de carrera por terreno algo más quebrado, con el Alto Aljibe de la Cruz, de 2ª categoría, como mayor dificultad, seguido de dos terceras -Alquería y Fuente Marbellay, a 50 km de la meta, la cota de Almerimar, de un kilómetro al 6,6%.
PRO SERIES
Terreno, en cualquier caso, insuficiente para soñar con burlar el control de potentes equipos, como Bora-Hansgrohe, UAE Team Emirates o Cofidis, empeñados en una llegada masiva. Y así resultó ser, un año más.
El triunfo en la Clásica de Almería, con la que se abría el calendario de pruebas de un día de las nuevas Pro Series, fue otra vez un asunto entre velocistas que terminó en un duelo entre los grandes favoritos: Pascal Ackermann, Alexander Kristoff y Elia Viviani. Con emoción hasta el último metro, el alemán del Bora-Hansgrohe impuso su ley, la del más rápido, en la Avenida Juan Carlos I para convertirse en el primer ciclista en ganar la prueba almeriense dos años consecutivos.
Tras el trabajo de aproximación, algo desordenado, de los trenos de Bora, Mitchelton-Scott y Cofidis, Pascal Ackermann fue el primero en lanzar el sprint, a 250 metros, en cuanto se apartó Sabatini (Cofidis). Arrancó poderoso, con Kristoff sellado a su rueda, y tras el noruego un Elia Viviani sin, por el momento, la chispa que exhibía en el Deceuninck-QS. Los últimos metros fueron un emocionante duelo entre
Ackermann, que arriesgó con el ataque lejano, y un Kristoff que a punto estuvo de remontarle sobre la misma línea de llegada. El campeón de Europa -terceronunca tuvo opciones de victoria. Danny Van Poppel y Luca Mezgec completaban un top cinco de muchos quilates. Pura velocidad. El Euskadi Juanjo Lobato, noveno, fue el mejor español en la meta de Roquetas de Mar.
Con su victoria en Almería, el pujante velocista alemán, de 26 años, se sacaba la espina de los dos segundos puestos que cosechó en sus primeras carreras de 2020, en sendos trofeos de la Challenge Mallorca: Felanitx y Playa de Palma. En ambos casos le superó el italiano Matteo Moschetti (Trek-Segafredo). Pero Ackermann ya ha abierto la cuenta de la nueva temporada y espera seguir engordando su palmarés: nueve victorias logró en 2018, trece en 2019... y una ya en 2020.
CINCO EN FUGA
El terreno quebrado de la primera mitad de los 187,6 kilómetros de la Clásica de Almería invitaba a la aventura. Como la que intentaron desde los kilómetros iniciales cinco ciclistas de equipos llamados a mover la carrera: Joan Bou (Fundación Euskadi), Sergio Román Martín (Caja Rural-Seguros RGA), los portugueses Ricardo Vilela (Burgos-BH) y Daniel Viegas (Kometa-Xstra) y el danés Rasmus Quaade (Riwal Readynez). Rodaron cerca de 130 kilómetros en fuga, en los que se repartieron los puntos de los sprints especiales de Las Norias, Adra, Berja y Balanegra -clasificación que
conquistó Viegas tras cruzar primero tres de ellos- y los cuatro puertos puntuables, por los que pasó en primer lugar, sin excepción, el valenciano Bou. Pero el pelotón, controlado por los equipos de los hombres rápidos, nunca les dejó coger más de cuatro minutos de ventaja. La última cota puntuable, la Cuesta de Almerimar (El Ejido), la coronaron con escasos segundos de adelanto y su cabalgada finalizaría dos kilómetros después. Quedaban 50 km completamente llanos y el viento aumentaba la tensión en un pelotón que, siguiendo la línea de costa hacia Roquetas, ya olía el esperado sprint. En los últimos kilómetros, con dos pasos previos por la meta, equipos como Astana Pro Team, Ag2r-La Mondiale o el Mitchelton-Scott del esloveno Mezgec se sumaban a la lucha por controlar la cabeza.
La alta velocidad con que se conducía el grupo por las calles de Roquetas de Mar lo fragmentó en los instantes previos al sprint. La lucha por las primeras posiciones entre Bora, Mitchelton-Scott y Cofidis resultó feroz. Llegaba el momento de los hombres rápidos. Y entre la vorágine fue Pascal Ackermann el primero en golpear, a 250 metros. El alemán hizo bueno el trabajo previo de sus compañeros, firmando una agónica victoria ante Alexander Kristoff. Dos de dos en Almería, igualando en triunfos al italiano Massimo Strazzer, el único que había repetido, en 1997 y 2002. El año pasado Ackermann se impuso por velocidad a Marcel Kittel y Luka Mezgec; este, a Kristoff y Viviani. “Siempre es genial conseguir la victoria ante grandes rivales. Estoy realmente feliz por repetir aquí y debo dar las gracias a mis compañeros que han tenido una gran actuación. Cometimos un pequeño error en el lanzamiento, pero pude seguir la rueda de otro ciclista y supe cuándo lanzar mi sprint”, decía, eufórico, en meta.