Incertidumbre
Las sesiones de rodillo han pasado a ser el entrenamiento principal de los ciclistas. Si cualquiera de nosotros hubiera leído esta frase hace un mes, hubiese pensado que se trataba de una campaña de marketing, pero a día de hoy se ha convertido en una realidad.
No puedo afirmar que el rodillo esté supliendo con éxito la falta de ciclismo al aire libre, pues no puedes trabajar el fondo. Por otro lado, bien es cierto que se ha avanzado mucho en el tema de los rodillos inteligentes y las plataformas digitales que los acompañan. Por lo menos limita las pérdidas que suponen dos semanas -como mínimo- de encierro en casa.
El día a día no se reduce simplemente a hacer una sesión de rodillo por la mañana. Generalmente el entrenamiento diario consta de muchas pequeñas partes, ya que hacer una actividad por ejemplo de cuatro horas en el rodillo supone un desgaste y una fatiga muscular mucho mayor de la que supondría en la carretera. Es por ello que se divide y complementa con otras actividades.
Por la mañana, 30 minutos en ayunas a ritmo tranquilo para activar el cuerpo y mantener el metabolismo activo, ya que en esta situación es fácil descuidar el peso y hay que buscar maneras para tratar de salir de la cuarentena lo más cercano posible a como entraste. Tras el desayuno viene la sesión más fuerte del día en el rodillo, que no suele superar los 60 minutos por lo que os he comentado. En esta sesión metemos series tanto de fuerza a cadencias bajas como series a más intensidad. Por la tarde toca otra actividad de 30-45 minutos en el rodillo y para cerrar el día, unos ejercicios de core para fortalecer la espalda y no perder tono, ya que cuando volvamos a pedalear al aire libre y acumular horas podrían aparecer molestias que posteriormente derivasen en lesiones.
Ese es el entrenamiento físico que realizo diariamente y, como veis, si sumáis las horas no parecen tantas como las que haríamos una semana normal de entrenamiento. Por ahora, hablando con mi preparadora Iosune, se trata más de limitar pérdidas y aprovechar para coger aire. No tendría mucho sentido hacer burradas de entrenamiento, ya que realmente no hay certeza de cuándo volverán las competiciones y por el momento no hacen más que suspender o aplazar carreras. Y este tema es el que más difícil se me hace. Lo que más me gusta de este deporte es la parte de los entrenamientos largos conociendo paisajes que te hacen sentir insignificante, descubrir pueblecitos pintorescos y sus gentes, así como la grupeta. También el ambiente de carrera, donde todo se mide al milímetro, y competir con mis compañeros todos a una.
Pues esta situación me priva te todo ello y lo peor es que no sé hasta cuándo perdurará. No hay una fecha a la que agarrarse, ni donde poner el punto de mira. Y si a esto le sumas ver que día a día la situación empeora a tu alrededor y las medidas adoptadas no brindan el efecto deseado, se crea un cóctel que puede ser fatal. Es por ello que desde el primer momento en el equipo han sabido reaccionar y tirar de nosotros, sabedores de la situación y dándonos consejos sobre cómo sobrellevarla. Algunos de estos consejos pueden parecer trivialidades, pero con el paso de los días quizá marquen la diferencia y eso me lleva a pensar en el inicio de esta columna. Lo que ayer parecía extraño, ahora es normal.
Veremos cómo evoluciona la situación, pero son momentos difíciles y probablemente dejen una importante huella en la sociedad a corto plazo. También trato de relativizar estos problemas y me gustaría enviar mi apoyo a quienes realmente se han visto afectados y esto les ha mermado lo más importante: la salud.
Urko Berrade Ciclista del Equipo Kern Pharma