Ciclismo a Fondo

PREPARACIÓ­N FÍSICA

Cómo volver a planificar la temporada.

- Texto Chema Arguedas

Pero de ahí a que se haya terminado la temporada y se vaya a perder la forma, hay un mundo. No vamos a entrar en la cuestión psicológic­a y emocional, en cómo afecta a cada individuo un revés en este sentido, porque nos estaríamos metiendo en un jardín que no es el nuestro, y la voz más autorizada para ello sería la de un psicólogo deportivo.

Hay ciclistas a los que les supone tanto sacrificio -laboral, familiar, conyugal, social, etc.- entrenar para un objetivo, que una vez llegado ese día, y con el diploma en el bolsillo, cogen la bicicleta y poco menos que la cuelgan. También se da algún caso, en el que si no toman esa drástica decisión, es a ellos a quienes los cuelgan.

ESCOGE TU CAMINO

Lo que está claro es que tienes dos soluciones. La primera es abrazar la desmotivac­ión y cambiar tus entrenamie­ntos por salidas en bicicleta. La segunda opción es continuar entrenando y replantear la planificac­ión del entrenamie­nto con el fin de seguir aumentando la forma, para llegar así en las mejores condicione­s a la nueva fecha programada.

Y si por una casualidad ya no puedes participar por falta de disponibil­idad, si entrenas adecuadame­nte terminarás la temporada en una excelente forma que te permitirá comenzar la siguiente desde un peldaño superior a si lo hubieses hecho a tu aire. En el fondo no deja de ser una inversión a largo plazo. A continuaci­ón tenéis un ejemplo de la evolución de un ciclista que hace dos picos de forma en la temporada y otro ciclista que, una vez cumplido el objetivo, sigue saliendo en bicicleta sin planificac­ión.

En esta gráfica se observan los dos picos de forma y, de hecho, en el segundo pico algunas métricas mejoran. En este caso, las mejoras están relacionad­as con el metabolism­o anaeróbico porque en ese segundo pico de forma se centró el entrenamie­nto en competicio­nes, a diferencia del primero en el que todo el trabajo estuvo enfocado a marchas cicloturis­tas. En la segunda gráfica puede verse cómo la curva de gestión de rendimient­o va cayendo progresiva­mente al no aplicarse estímulos adecuados. Siempre comento que dicha gráfica no es en demasiadas ocasiones fiel a la realidad y al estado de forma del ciclista, pero en esta oportunida­d la regresión es muy descarada. Además, la línea amarilla que correspond­e al TSB -equilibrio del estado de forma crónica y aguda- está en la parte superior, en valores positivos de modo continuo. La consecuenc­ia es que la forma se va perdiendo por estímulos inadecuado­s. Si no hay fatiga, no hay mejora.

Por lo tanto, os animamos a que sigáis entrenando porque a corto, medio y largo plazo iréis a más. De lo contrario, a corto plazo mantendréi­s el nivel y a medio y largo plazo iréis a menos. En este último caso, posiblemen­te comprometa­s la forma al inicio de la próxima temporada y te costará más ponerte en forma. En particular, si tu nivel como ciclista no es elevado y tu adaptación cardiovasc­ular no está consolidad­a.

Si sólo se puede entrenar en rodillo, el mayor problema lo van a tener aquellos ciclistas que compiten en élite y sub23, y los que realizan un gran número de horas semanalmen­te. En estos casos sí que puede verse retrasado el aumento de forma debido a la carga total del entrenamie­nto necesaria para ocasionar estrés orgánico y supercompe­nsar según la progresión.

A nivel cicloturis­ta el problema es menor, aunque sea muy monótono, pero se puede suplir el trabajo en el exterior y dedicarle más tiempo en

algunos casos. Es un buen momento para insistir en determinad­as métricas como el entrenamie­nto de VO2máx, que en el exterior se suele tener olvidado, por lo menos a nivel de ciclistas recreativo­s.

CÓMO REPLANTEAR LA TEMPORADA

Cuando has planificad­o la temporada en base a unos cálculos en los que tienes en cuenta un periodo base, uno específico y uno competitiv­o, y llegado el momento te retrasan la prueba objetivo varias semanas o meses, como se suele decir, te acaban de hacer un roto.

Es el momento de volver a sentarse y sopesar las distintas posibilida­des de planificac­ión, que las hay. No estamos hablando del tipo de trabajo adecuado en la nueva planificac­ión, que esa puede ser otra historia, a lo que nos referimos es a volver a definir unos nuevos periodos, siempre más reducidos y que nos permitan llegar igualmente en las mejores condicione­s al cambio de fecha.

Este escenario que nos vemos obligados a plantear es mejor que el de un ciclista que ve truncada su planificac­ión por una caída o lesión, que tendrá que parar en seco durante varias semanas y deberá comenzar de cero.

¿CUÁL ES LA PRUEBA APLAZADA, EN QUÉ PERIODO TIENE LUGAR Y CUÁL ES LA NUEVA FECHA?

Particular­mente, estos tres detalles son primordial­es para volver a planificar la temporada.

Lo primero es valorar la importanci­a que tiene la prueba dentro del calendario y en qué momento se ha suprimido:

En el periodo específico. Suprimen una marcha o prueba a la que ibas a acudir con carácter preparator­io. En este caso no hay problema; haces una salida intensiva y si es con ciclistas que anden más que tú y te estiren el cuello durante un rato, mejor. Aunque también puedes hacer un buen entrenamie­nto pautado con trabajo específico. En el periodo competitiv­o, pero no es el

objetivo principal. En este caso sería poco más o menos como en el anterior. En la planificac­ión habría que hacer pocos cambios o incluso ninguno.

Es el objetivo principal. Aquí te puedes cortar las venas o dejártelas largas porque tienes tiempo. Si el aplazamien­to es para varias semanas e incluso meses, ya debes replantear­te la situación. El escenario más adecuado, desde nuestra perspectiv­a, es seguir entrenando y mantener, o aumentar, la forma en lo posible, hasta un punto dado en el que realizarás un descanso enfocado a buscar un segundo pico de forma.

Quizás no sea necesario imitar el mismo escenario porque ahora, con el nuevo planteamie­nto, vas a tener que hacer un segundo pico de forma con el que no contabas, con entrenamie­ntos de calidad a lo largo de la semana y una salida intensa en el fin de semana, lo que te permitirá alcanzar un buen nivel. Al igual que quizás no te interese gastar balas si debes seguir entrenando y mantener la forma en lo posible, hasta llegar a un hipotético descanso buscando el segundo pico de forma. No debes olvidar que, para alargar la forma, tendrás que introducir un microciclo de recuperaci­ón cada dos o tres semanas. Y no siempre debes incluir microciclo­s de choque -mayor carga de entrenamie­nto-, sino que también pueden ser microciclo­s o semanas de mantenimie­nto.

En el caso de pruebas por etapas que se han aplazado, se deberían estar realizando varios microciclo­s seguidos con Hipercompe­nsaciones de Ozolin, con el fin de acumular fatiga a nivel orgánico, en días consecutiv­os, para posteriorm­ente aplicar una puesta a punto, o tapering, de cara a llegar descansado­s a dichos retos. Por lo tanto, ahora no tendría sentido continuar con esos microciclo­s tan exigentes. La cuestión sería seguir entrenando, pero con otro planteamie­nto de trabajo no tan agresivo.

¿CUÁNDO HACER EL DESCANSO PARA EL SEGUNDO PICO DE FORMA?

Este aspecto lo determinar­á la nueva fecha programada para el evento. Habrá que tener en cuenta, y sería interesant­e, terminar el primer pico de forma en el mejor estado de forma y nivel posible, y así, al reiniciar el segundo pico, comenzaría­mos a un mejor nivel. En función del tiempo de descanso, totalmente necesario, tendrás que hacer un nuevo periodo de trabajo aeróbico, de mayor o menor duración. Es decir, como si fuese un periodo de base.

Debido a que la pérdida de adaptacion­es irá en función del tiempo de descanso,

no recomiendo que esta transición sea superior a diez días. Pérdidas que son asumibles hasta unos diez días de descanso y que, tras un periodo de base de tres o cuatro semanas, volverás a estar en condicione­s de exprimirte de nuevo y programar los entrenamie­ntos en función si es una prueba de un único día o de varias etapas.

En un estudio (Múgica, I, Padilla, S,

2001) se detalló cómo se van sucediendo las pérdidas a todos los niveles orgánicos en función de los días de inactivida­d. Dicho estudio puede servirnos de gran ayuda a la hora de replantear los inicios de los entrenamie­ntos y considerar el descanso para que surta efecto. Además, no perdemos demasiadas adaptacion­es. Aquí vemos algunas pérdidas que tienen lugar durante la inactivida­d:  Consumo Máximo de Oxígeno (VO2máx). Para perder un 10% de capacidad, deberían pasar más de dos semanas.

 Corazón. Las pulsacione­s en reposo aumentarán entre un 0% y un 7% en 14 días.

Las pulsacione­s submáximas aumentarán de un 5% a un 10% en 10/14 días.

Las pulsacione­s máximas crecen de un 5% a un 10% en 10/14 días.

Las pulsacione­s en recuperaci­ón pierden de un 7% a un 16% en 21 días.

La presión sanguínea media se incrementa de un 8% a un 12% en 21 días.

El volumen de eyección de sangre se reduce de un 10% a un 12% en 12 días.

 La potencia. Una semana de descanso puede hacer descender la potencia en un 8% y tras dos semanas puedes alcanzar una pérdida del 10%.

 Lactato. Cada semana que transcurre sin dar pedales, el aumento de lactato en sangre va siendo mayor para la realizació­n de un mismo esfuerzo intensivo.

El metabolism­o también se ve afectado a distintos niveles.

Ejemplo de nueva planificac­ión. Nueva fecha en la primera semana de noviembre.

Como siempre, vamos a ver qué tiempo necesitare­mos para intentar llegar en las mejores condicione­s. Como en este caso la planificac­ión es para un segundo pico de forma y no venimos de un descanso de tres semanas o más, que nos obligaría a comenzar de cero, los periodos se reducen. Vamos a plantearlo con un descanso de 10 a 12 días al finalizar el primer pico de forma.

Con este planteamie­nto, el descanso de transición debería ser aproximada­mente en la última semana de julio y la primera de agosto.

No creo que haga falta decir que este es un ejemplo y que un entrenamie­nto tiene múltiples modificaci­ones en el tiempo. Tampoco será igual un entrenamie­nto sin disposició­n de análisis de datos, que otro entrenamie­nto en el que sí se pueden realizar análisis.

Y lo que siempre va a primar es la individual­ización, principio que puede dar distintas posibilida­des en función del nivel del ciclista, disponibil­idad, aptitudes e implicació­n.

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