OMLOOP HET NIEUWSBLAD Stuyven dio el pistoletazo a las clásicas.
Climatología adversa y protagonismo de los favoritos en el arranque de la temporada belga de clásicas. Stuyven superó a Lampaert en el duelo entre los dos más fuertes del Omloop Het Nieuwsblad 2020.
Cuatro años ha necesitado la estructura del Trek-Segafredo para desquitarse del estigma de la figura de Fabian Cancellara en lo referente a clásicas de adoquines. Aunque la última victoria del suizo sobre este terreno databa del Tour de Flandes 2014 y a su marcha le sucedieron algún que otro triunfo y actuaciones destacadas, su horizonte en estas competiciones no parecía vislumbrarse tan claro hasta el sábado 29 de febrero, al comprobar la soltura con que se desenvolvió Jasper Stuyven para conquistar la edición 2020 del Omloop Het Nieuwsblad, primera de las seis pruebas flamencas de un día integradas en el World Tour y tradicional apertura del calendario de la región. Stuyven, que ya se había impuesto en solitario y tras una notoria exhibición en la Kuurne-Bruselas-Kuurne de 2016, desterraba con un notable despliegue de potencial y anticipación táctica muchos de los fantasmas que su equipo no había conseguido eliminar tras la retirada del campeón suizo, abriendo de paso un emocionante ciclo donde él y sus compañeros -entre quienes se encuentra el vigente maillot arcoíris Mads Pedersenparecen en condiciones de aspirar a cotas mucho más elevadas que en tiempos recientes.
EL DÍA SE COMPLICA
La lluvia y el frío acompañaron desde la salida de Gante a los 175 participantes del antiguo Het Volk. Alberto Bettiol, Peter Sagan y, sobre todo, Mathieu Van der Poel eran las bajas más sensibles de la nómina de una prueba que aun a costa de calcar el final empleado por el Tour de Flandes hasta 2011 y perder la que fue su identidad propia cuando llegaba al propio Gante, parece asentada y aceptada por el gran público en su configuración actual. Dos ciclistas del Movistar Team, Matteo Jorgenson y el mallorquín Lluís Mas, compusieron junto a Manuele Boaro, Senne Leysen y Mathijs Paasschens la primera fuga de la jornada, a la que apenas dejó margen el ímpetu
provocado entre los favoritos por el viento y la climatología. A 102 km de la llegada y tras alcanzar una diferencia máxima de 6’30’’, un grupo de 16 corredores destacados en un abanico les alcanzaba para producirse después el reagrupamiento general en apenas tres kilómetros. Desde ese punto, y en los siguientes treinta, se asistió a una interesantísima batalla de avanzadillas, protagonizadas en muchos momentos por los primeros espadas. Flotaba -algo que muchos advirtieron- la sensación de que la carrera se jugaría desde lejos como acabaría sucediendo, destacándose el corte definitivo cuando todavía quedaba un tercio del trazado por recorrerse. Un salto de Soren Kragh Andersen en la subida al Rekelberg sería seguido por siete corredores hasta conformarse, a 70 km de meta, un grupo de ocho escapados al que el pelotón de los favoritos fue incapaz de alcanzar. A rueda del danés del Sunweb fueron llegando sucesivamente Tim De Clercq e Yves Lampaert -ambos del Deceuninck-, Frederik Frison, Jasper Stuyven,
Mike Teunissen, Matteo Trentin y un desafortunado Jonas Rutsch, quien perdió rueda por un despiste mientras intentaba quitarse la chaqueta en una zona fuertemente castigada por el aire lateral. Tan sólo Ineos parecía decidido a realizar un trabajo de caza, que se vería constantemente desarbolado por intentos de formar avanzadillas en cotas o tramos de adoquinado. De entre los nombres surgidos de los numerosos contragolpes destacaban los de Heinrich Haussler, más incisivo de lo últimamente habitual en él, y en especial Wout Van Aert, quien primero en compañía de Sep Vanmarcke y después de Tiesj Benoot constituirían avanzadillas frenadas siempre por la labor de zapa de los Deceuninck-QS.
Tras casi cincuenta intensos kilómetros de brillo competitivo, pese a que las diferencias nunca bajaron del minuto,
los escapados llegaban al pie del Kapelmuur con ventaja suficiente para jugarse la victoria en tres actos: las míticas ascensiones a la Capilla y al Bosberg, y el final en Ninove.
SALE EL SOL
El astro rey no quiso perderse la resolución de la prueba en la Onderwijslaan de Ninove tras un día de nubes y agua y con el viento -favorable en el tramo final- siempre como acompañante. La subida al Muur de Geraardsbergen dejó en cabeza a un trío compuesto por Kragh Andersen, Lampaert y Stuyven, los más fuertes del grupo, seguidos por un Matteo Trentin según sus palabras todavía fuera de su mejor forma, pero capaz de sostener la persecución sin venirse abajo durante casi todo el tramo final. La posterior ascensión al Bosberg sirvió para poco y el desenlace llegó en dos actos en las calles de Ninove.
Primero, y tras abandonar la carrera la ruta por la que transitaba el Tour de Flandes girando a la izquierda, se produjo un ataque de Lampaert a dos kilómetros de meta respondido por Stuyven, pero con el que quedó fuera de la lucha un fatigado Soren Kragh Andersen.
El dúo flamenco se jugó la victoria en un apretado embalaje lanzado por Lampaert y resuelto con suficiencia por Stuyven, más rápido y experto a la hora de colocarse, que supo cerrar limpiamente el hueco de paso por el interior de la trazada. Intenso remate a un notable día de ciclismo donde ningún español consiguió acabar -sólo fueron de la partida Lluís Mas, Edu Prades y Alex Aranburu- y nos debimos de conformar con el brillo del mallorquín de Movistar en la primera escapada.