• A la rueda trasera

Sin duda, el modelo más habitual en la mayoría de los hogares. Podemos encontrar un amplio rango de precios y funciones: desde los más sencillos, con resistencia fija, a los modelos inteligentes, capaces de aportar mucha potencia. Ocupan poco espacio y plegados se pueden guardar en cualquier sitio. Entre sus peros se encuentra el poco realismo de la pedalada, que depende en gran medida de la masa del volante de inercia, y el desgaste de cubierta que suponen. Además se trata de los modelos más ruidosos. Si optáis por este tipo de rodillo y vuestra bici cuenta con frenos de disco, debéis aseguraros de que dispone de los adaptadores necesarios para su uso.