Reivindicación
Con dos triunfos parciales y una solidez inexpugnable, Jakob Fuglsang se llevó su segunda Vuelta a Andalucía consecutiva frente a un combativo Jack Haig. Gran debut de Mikel Landa con Bahrain-McLaren, tercero, y fenomenal triunfo de etapa de Gonzalo Serra
La mejor respuesta a un ataque suele ser otro ataque. A veces, las refriegas no suceden pedaleando sobre la bicicleta. A veces duelen más otro tipo de arremetidas. Es en esas ocasiones cuando la mejor réplica es precisamente así, en silencio, sin hablar. Tan solo haciendo lo que se acostumbra. A Jakob Fuglsang, la costumbre le ha enseñado a ganar en el último año. Una temporada de ensueño. La Lieja-Bastoña-Lieja, el Dauphiné, una etapa en la Tirreno-Adriático con podio incluido, otra en La Vuelta... sólo falló en el Tour de Francia, al que llegaba en el mejor momento físico y mental de su vida, por culpa de un rosario de caídas que acabó motivando su retirada. Todo comenzó aquí, en la Vuelta a Andalucía 2019. Esta Ruta del Sol fue la primera piedra que le iluminó en el camino.
Eso, lo de coger por hábito ganar casi de la noche a la mañana, de encontrar por fin un espacio entre los grandes tras toda una vida al servicio de los demás, como le ha sucedido a Fuglsang en su larga carrera con Nibali, Aru o su amigo Andy Schleck, y de repente sacarse el gen ganador del bolsillo, inesperado y fulminante, a veces trae consecuencias. Rumores, habladurías, envidias convertidas en ruidos de los malos.
LA POLÉMICA
Febrero en año bisiesto siempre se hace largo. Eterno cuando a uno lo envuelven en una pesadilla. Así se vio Jakob Fuglsang a principios de mes cuando saltaba la noticia. Su supuesta relación con el médico Michele Ferrari, galeno suspendido de por vida por sus prácticas con Lance Armstrong y el US Postal. Un supuesto informe de la Fundación Antidopaje del Ciclismo filtrado a un medio danés así lo probaría. Suposiciones. Ni el ciclista ni su equipo, Astana Pro Team, le dieron credibilidad. “No tengo conocimiento de ningún informe y puedo confirmar que las autoridades antidopaje competentes no han abierto ningún procedimiento en mi contra. Por lo tanto, no existe un caso abierto por el que responder. Estoy extremadamente preocupado de que tales rumores puedan extenderse en la prensa”, se defendió él. Pero la propagación, como un virus, era tan inevitable como incontenible, por mucho que incluso su equipo, el Astana kazajo, saliese en su defensa. “No se
abre ningún procedimiento en contra de ninguno de nuestros corredores”.
LA RESPUESTA
A Jakob Fuglsang ya sólo le quedaba, pues, contestar como mejor sabe. Volviendo a sus andadas, las mismas que le iluminaron el camino de la mejor temporada de su carrera hasta el momento. La Vuelta a Andalucía, su particular ruta en búsqueda del sol perdido tras la pesadilla. No le costó empezar a descargar toda esa rabia y convertirla en victorias. Apabullante ya desde la primera etapa, con un precioso final en Grazalema donde pudo con un enorme Mikel Landa. Los dos afrontaban su primer día de competición de 2020 y ya soltaron de rueda al resto del pelotón. Otro, el alavés, al que el inicio de año y, sobre todo el cambio de aires y de colores, parece haberle sentado a las mil maravillas. Justo lo que necesitaba. Sólo Jakob Fuglsang y toda su rabia pudieron con él. “No hay mejor manera de empezar la temporada que así, ganando, y más en la Vuelta a Andalucía, que es una carrera que me encanta. Esta victoria tiene un significado muy grande; guardaba mucha motivación dentro para conseguirla”, reconoció el danés.
De ahí en adelante no fue un paseo triunfal, pero Fuglsang ganó simplemente porque no hubo nadie tan fuerte como él. Nadie con su pletórico estado de forma, con su chispa, con su enfado, ni su golpe de pedal. Ni siquiera Mikel Landa. Pero, exceptuando al vasco del BahrainMcLaren, al ciclista del Astana apenas le salieron enemigos. Ni siquiera en la vibrante tercera etapa que navegaba por el infinito mar de olivos, de Jaén hasta la preciosa y única Úbeda.
Ni siquiera cuando en Mágina, el penúltimo puerto de la jornada, una decena de corredores buscaron poner en jaque al Astana. Jimmy Janssens, Louis Vervaeke y Floris De Tier (Alpecin); Mikel Bizkarra con el naranja de la Fundación Euskadi; Damiano Caruso como posible lanzadera de Mikel Landa para el Bahrain-McLaren; Lennard Hofstede (Jumbo-Visma); Andrey Zeits (Mitchelton-Scott); Silvan Dillier (Ag2r); Loïc Vliegen del Wanty y Enric Mas por parte del Movistar Team, después de haber perdido toda opción para luchar por la general en la primera etapa.
Los atacantes llegaron a contar con casi dos minutos de ventaja.
HAIG SIGUE SORPRENDIENDO
Pero la solidez del Astana pudo con ellos. Bizkarra y Mas fueron los que más lejos llegaron. El mallorquín incluso se atrevió a atacar a falta de tres kilómetros, pero por detrás Dylan Teuns se lanzó con
Jack Haig a rueda y acabó eliminando al nuevo jefe de filas del Movistar. Y cuando parecía que la etapa se la jugarían entre el belga y el australiano, ambos se equivocaron en la última curva. En vez de girar se fueron rectos
al abismo, a la eliminación. Fuglsang, detrás, a la caza, acabó llevándose otra vez la victoria. La buena suerte siempre sonríe a los poderosos.
“Había mirado el libro de ruta por la mañana y sabía que ese momento era clave, que había que estar bien colocado para optar al triunfo de etapa. Al final se ha convertido en mi gran oportunidad”, se felicitó el patrón de la Ruta del Sol 2020.
Pero como el destino es caprichoso y, a veces, justo, los dos derrotados de Úbeda acabaron encontrando su premio de consolación. El australiano Jack Haig un día después, con su triunfo en Granada superando al sprint a Fuglsang y Landa, y el belga Dylan Teuns en la crono final, por apenas centésimas frente al líder. Allí, en Mijas, el danés terminó de echar el cerrojo al maillot amarillo. “Estoy muy feliz de haber podido revalidar mi triunfo del año pasado. Es increíble empezar así la temporada. En 2019 la gané y fue el principio de mi mejor año como ciclista. Ojalá repetir signifique que puedo hacer lo mismo esta vez. O mucho más”.