Plan de contingencia
Las consecuencias del coronavirus, dramáticas desde cualquier punto de vista -más de 22.000 muertes sólo en España a la hora de cerrar esta página-, vuelven a dejar en segundo plano cualquier consideración deportiva. Sí, el ciclismo nos encanta y es tema de muchas de nuestras conversaciones, pero no conviene perder la perspectiva.
Por eso los primeros pensamientos deben ser para los familiares y amigos de las víctimas -a casi todos nos ha tocado por alguna parte- y también para agradecer la titánica tarea de sanitarios, servicios de emergencia, fuerzas y cuerpos de seguridad y de todos aquellos que están peleando en primera línea contra esta maldita pandemia del COVID-19.
Desde el punto de vista del mundillo de las dos ruedas, el panorama tampoco es muy halagüeño. Abundan los ERTE en los equipos, las suspensiones hasta 2021 de las carreras que quedaban por disputar y en el ambiente reina una consigna: salvar primero el Tour de Francia... y luego lo que se pueda. Con la Grande Boucle ya fijada en septiembre, y el Giro y La Vuelta después de los Campeonatos del Mundo, además de la intención de intercalar los cinco monumentos en esos dos meses de vértigo que irán -si el virus lo permite- de mediados de agosto a finales de octubre, este parece el plan de contingencia del ciclismo mundial.
Unas últimas líneas de reconocimiento para todos los ciclistas que con su inmejorable predisposición han hecho posible que este segundo CAF confinado sea una realidad:
Luis León Sánchez, Iván García Cortina, Sofía Rodríguez, Héctor Sáez y José Antonio García. Y por supuesto a ti, fiel lector, que sigues ahí cuando más llueve.