José Antonio García

Este granadino de 23 años no ha podido estrenar en competición el maillot del Kometa-Xstra en 2020. Una lesión, ya superada, y la crisis del COVID-19 le han impedido mostrar su apreciable punta de velocidad.

¿Cómo estás lidiando con el confinamiento? Un poco aburrido, pero intento llevarlo lo mejor posible. Aprovecho que tengo más tiempo del habitual para así disfrutar de la familia.

¿Qué es lo que peor llevas del mismo? Lo peor es estar todo el rato entre cuatro paredes, aunque por suerte tenemos un patio grande que nos concede un poco de libertad y permite que nos dé el sol.

A este paso no debutas en la temporada 2020. Como esto siga así lo veo difícil (ríe) Espero que en un par de meses como máximo la situación se normalice... y queden carreras. No pude debutar antes por unas molestias lumbares que temimos se debieran a una hernia discal y se trataba de una protrusión.

¿Te ha dado tiempo a poder catar las A-Bikes? Sí, ya pude pedalear sobre ellas en la concentración del equipo y entrenando por aquí. Es un privilegio ser de los primeros en probar sus bicis.

Tres palabras para definirte como ciclista y otras tres como persona. Soy feliz encima de la bici, rápido en grupos pequeños y buen compañero; alegre, positivo y luchador.

¿Impresiona tratar con Alberto Contador? Sí, siempre. 50 veces que le veas, 50 veces te va a impactar. ¡Es mi ídolo! Estos días, mientras hacía rodillo me he puesto vídeos suyos en el Tour y pensaba en la fortuna de haber compartido tantos momentos con él. Joselillo, me llama.

Acostumbrado a ganar en aficionados, ¿qué tienen de diferentes los sprints en profesionales? Lo que más llama la atención es el ritmo. La carrera va más controlada que en aficionados, pero el ritmo te machaca y los puertos se suben de manera mucho más violenta. En los sprints la colocación es fundamental, ya que los grupos son mucho más grandes que en amateur. Se necesita un treno; por libre es casi imposible disputar.

Infisport, Gomur, Fundación Contador... lo de correr en un equipo andaluz estaba complicado como amateur. Era difícil porque no había apenas equipos.

Ahora parece que van saliendo. La cantera -carreras, equipos- del ciclismo está en el País Vasco. Viví dos años en Vitoria, el segundo con mi amigo Jorge Pastor.

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? Lo que ahora no puedo: salir y echar el café con los amigos, que a veces cuesta que nos juntemos. También estar con mi sobrina. No soy de Play y a Netflix me he apuntado con el confinamiento para ver alguna película.

¿Con qué compañero del pelotón compartirías unas vacaciones? Ya he compartido con Jorge Pastor y ahora con quien más roce tengo es Juan Pedro López. Hay un viaje pendiente por ahí.

¿Qué te ves haciendo dentro de diez años? Puf... ni idea. Si no siguiera con la bici, lo que más me llama la atención es la barbería y pelar. Los compañeros me buscan en las concentraciones y no se me da mal. Soy autodidacta.

Salvando las distancias, ¿te pareces más a Freire, Valverde o García Cortina? Quizá a Cortina. No soy tan escalador como Valverde, ni tampoco tan rápido como Freire.

¿Cómo recomendarías Fuente Vaqueros a un forastero? Es un pueblo pequeño, pero tiene cosas muy interesantes como la Casa Museo de Federico García Lorca. Y para tomar algo, el Bar Andalucía de mi amigo Santi, donde paramos todos los ciclistas de la zona.

Confiesa una manía para terminar. Comprobar que los botes estén bien cerrados desde que tuve una mala experiencia en una carrera con uno que llevaba sales.

Foto

Miguel Ángel Chico Luis A. Gómez/Photo Gomez Sport