La pesadilla de entrenar sin un objetivo

"Para alguien como yo, eso es lo peor", responde sin dudar Iván al hablar de cómo se gestiona el entrenar sin un objetivo claro. "Soy una persona que se motiva por objetivos. Me fijo uno y llego siempre bien de forma porque lo tengo visualizado y sé gestionarme. Ahora, sin nada en el horizonte, te preguntas: ¿para qué estoy entrenando? Y encima en el rodillo, sin poder salir a la calle que, aunque no haya carreras, coges la bici de gravel, la MTB o sales a rodar lo que te apetezca. Pero así, sin objetivos, me cuesta. No me gusta gastar balas para nada. No sé si es mejor tomarse ahora un descanso y empezar más adelante como si fuesen unas vacaciones y después la pretemporada", reflexiona el asturiano, que opina que

"va a haber muchos ciclistas sobreentrenados. El rodillo te quema porque no puedes dejar nunca de pedalear. En mi caso, más que para mantener lo hago para perder lo menos posible. Aplanar la curva, de la que tanto se habla, aunque en otro sentido, pero hacia abajo, para que no baje demasiado".

Admite también que conocer el calendario que la UCI ha planteado a partir de agosto para las grandes vueltas y los monumentos, le ha aportado algo de ilusión y motivación.

Si la pandemia pasa y el ciclismo puede retomarse con las fechas que se han planteado, Cortina cuenta que mantendría su programa previsto en enero de disputar el Tour y las clásicas de pavés. "Enganchar uno con las otras sería perfecto. Aunque mucha gente pensará lo mismo y quizá sea mejor correr La Vuelta para tener más opciones de pescar alguna etapa". Por encima de todo, desea "que se vaya este virus de una vez. Si se pueden celebrar carreras sería buena señal porque todo se ha normalizado". Quiere ser optimista y ve factible que se pueda competir a partir de agosto. "Imagino que en verano morirá el bicho o parará un poco". Además, añade, "si puedo correr el Tour de Francia y las clásicas en otoño igual puedo empalmarlo con el ciclocross, que me encantaría".