Lubricación
Cadena. El componente que más necesitamos revisar si está bien lubricado; de lo contrario aparecerán molestos chirridos, desgaste prematuro de la transmisión y cambios poco precisos. Pero tampoco debemos lubricar en exceso o atraerá la suciedad.
Potencia. Para dejar a un lado los crujidos, la parte superior del tubo de la horquilla -en la unión con la potencia- ha de tener una fina capa de grasa, si es de aluminio, o de pasta de montaje, en el caso de encontrarnos con un modelo fabricado en carbono.
Cazoletas y eje de pedalier. Para evitar el molesto crujido que causa su falta de engrase -sobre todo si son de tipo pressfit- no queda más remedio que desmontar con las herramientas adecuadas, limpiar, engrasar y volver a montar.
Manillar. La zona de contacto de la potencia con el manillar también debe ser lubricada con grasa -si ambos componentes son de aluminio- o pasta de montaje
-si alguno de ellos es de carbono-. Así evitaremos chasquidos al aplicar fuerza.
Tija de sillín. Aquí no debe faltar la grasa -o pasta de montaje si el cuadro o la tija son de carbono- para que con el paso del tiempo podamos desmontarla sin problemas. También quedarán protegidos del agua el cuadro y la tija.
Pedales. Sus roscas no se deberían librar de la grasa por tres motivos: poner a raya los molestos crujidos que aparecen al pedalear, facilitar el desmontaje de los pedales tras miles de kilómetros y proteger las roscas de aluminio de las bielas.