El dilema de los extranjeros
Con la actividad competitiva paralizada, hay una parte del pelotón élite y sub-23 que sufre especialmente la situación. Se trata de los ciclistas extranjeros que se desplazaron a España a principios de 2020 para competir en equipos nacionales.
Álvaro García
Photo Gomez Sport
Sin perspectiva de poder correr al menos hasta junio, parece evidente que muchos equipos tendrán un problema para sufragar los costes derivados de mantener a unos corredores que vinieron a España con la idea de visibilizar su buen golpe de pedal y aspirar a dar el salto al ciclismo profesional europeo. Además se enfrentan a la difícil decisión de regresar a su país -donde en muchos casos aún se permite entrenar en las carreteras- o por el contrario confiar en que todo se solucione pronto y disputar el calendario restante.
Aquí surge una nueva traba, en este caso burocrática: muchos de los ciclistas extranjeros -extracomunitarios- que llegan lo hacen con permisos de tres meses. De esta forma, al haber aterrizado en nuestro país los últimos días de febrero para disputar la Copa de España que arrancó el 1 de marzo en Don Benito, sería a finales de mayo, habiendo podido participar en apenas dos pruebas, cuando deberían regresar a casa. Un drama por el desembolso económico que supone y por la escasa, por no decir nula, visibilidad que han podido tener en este tiempo.
ACCO, THOMPSON, MONTENEGRO...
Nuestro repaso comienza con el peculiar caso de Alessio Acco. Cuando la pandemia comenzó a amenazar con extenderse por Europa, el italiano y su equipo, el Kometa-Xstra sub-23, valoraron la viabilidad de competir en el Memorial Julio López ‘Chineta’, celebrado el 8 de febrero. Finalmente, el ciclista viajó y consiguió el triunfo. No tuvo problemas para llegar ni para regresar, ya que esto último era “la gran preocupación del equipo porque se hablaba de restringir los viajes y vuelos entre Italia y el resto de países”.
A partir de entonces la situación fue empeorando y así se plasma en la historia de Reuben Thompson. El corredor neozelandés llegó a Navarra el 4 de marzo para disputar la temporada con el equipo Telco,m-On Clima-Osés.
Pero finalmente sólo pudo participar en el díptico Goierriko Itzulia (Urretxu)Memorial Santisteban (Colindres). El sábado 14, ya con el calendario suspendido y el estado de alarma a punto de aplicarse, el joven corredor cogió un avión desde Madrid para regresar a su país tratando de evitar quedar bloqueado en España. El Telco,m tiene además al británico Tom Armstrong y al puertorriqueño Abner González -vencedor de la montaña en el Trofeo Guerrita- alojados en el piso del equipo y entrenando, tal y como publicaron en las redes sociales en un vídeo agradeciendo el esfuerzo de los patrocinadores.
Una historia muy parecida a la de Thompson la vivió Santiago Montenegro,