Ciclismo a Fondo

Baruk Marqués

Estaba haciendo el Camino de Santiago con mis compañeros del Club Gregarious cuando recibí un mensaje. Era Baruk, que quería acompañarn­os algunos kilómetros. Ejerció de guía y nos contó parte de su apasionant­e historia. Descubrién­dola extraemos aprendizaj

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¿Recuerdas la primera?

Sí. Estoy intentando conseguir una porque es un recuerdo fundamenta­l de todo lo que viví en mi infancia. Era una BMX que le costó mucho esfuerzo a mis padres, unas 25.000 pesetas de entonces. No me movía mucho con ella, pero me emocionaba intentando hacer equilibrio­s y saltos. Después descubrí la bici de carretera.

Fue en la finca de Joaquín, una persona muy importante para mí. Un día cogí su bici y me fui a dar una vuelta. Me fascinó y supe que quería una. Ya no te bajas de ella y comienzas a descubrir el ciclismo.

Así es (risas) Empecé a competir en categoría amateur, en equipos de la zona de León. Tuve un entrenador de auténtico lujo, el mítico ciclista Senén Blanco, del que aprendí todo lo que sé de ciclismo. Iba mucho por su tienda y un día me tenía preparada una bici de piñón fijo. Me llevó al polígono industrial a dar vueltas detrás de su moto. Vaya sustos que me llevaba al dejar

Luis Pasamontes

de dar pedal y algún golpe que otro también, pero aprendía mucho. Él decía que el ciclismo era para gladiadore­s. Muchos profesiona­les iban a visitarlo cuando venía La Vuelta y allí conocí a Zülle, Rominger... Sentí mucho su fallecimie­nto hace unos años.

Todo iba bien, pero a veces la vida nos pone obstáculos en el camino.

Pues sí. Sufrí un accidente laboral que me produjo una serie de heridas que se infectaron, cerraban en falso. Mi carrera deportiva se detuvo porque en los reconocimi­entos médicos aparecía una úlcera en la planta de un pie y así no podía pedalear. En ese momento estaba en una mina escuela. Por recomendac­ión de Senén y de otro ciclista de época, José Enrique Carrera, aproveché para hacer la mili. La idea era retomar la bici a mi regreso. Me fui a la Legión, a Melilla, y después de esa etapa volví a la bicicleta por mi cuenta. No sabía si por la presión de las zapatillas o qué, pero una de mis heridas en el pie se abría de nuevo. No me lo podía creer porque ya me había olvidado de ello.

Algo estaba pasando y había que descubrirl­o. Exacto, Luis. Fui al médico y tras unas pruebas me dice que tengo una enfermedad llamada Charcot-Marie-Tooth. El accidente laboral y otras caídas en la misma zona complicaro­n todo.

En esa situación hay que tomar decisiones. Estaba muy delgado por la enfermedad que es agresiva y el médico fue muy claro. Tenía una infección importante y se estaba extendiend­o. La única solución era amputar y yo decidía: vivir o morir. Mi mujer estaba embarazada y deseaba con todas mis fuerzas ver crecer a mi hijo. La decisión estaba clara. Ahora me doy cuenta que en ese instante volví a nacer porque yo no era aquel y quería ser el Baruk de siempre.

Después de la operación hay que volver a la carga.

Costó mucho, me dejé caer. Estaba en la cama con bastantes prejuicios y sobrepeso, emocionalm­ente muy bajo. Un día todo cambió gracias a mi esposa Zaida, mi gregaria de lujo.

Ella no me reconocía, yo era alegre y pedalear era mi pasión. "Baruk, te voy a comprar una bici y vas a empezar a pedalear de nuevo". No daba crédito a lo que escuchaba, pero hace cuatro años me levanté de aquella cama gracias a ella y ahora ya no paro.

Aquellas primeras pedaladas estarían cargadas de sentimient­os.

Recuerdo subir a Las Lomas, aquí en León, y detenerme en la cima, mirar al horizonte y comenzar a llorar. No sé ni lo que pensaba, pero las lágrimas caían.

Casi me las sacas a mí. Tienes muchos planes por delante.

Pues sí. Mis amigos me decían que tenía que correr los Campeonato­s de España y un día me metí a curiosear en Internet. Me lo he propuesto y ya estoy en contacto con la Federación. Se ha detenido todo por la pandemia, pero mi intención es hacer la ruta, la contrarrel­oj y probar en pista.

¿Qué apoyos tienes?

Tengo unos compañeros de club fantástico­s. Mi paso por el equipo MTB Salvadores Bike

Team, ahora en La Casa de la Bici (La Bañeza) y CC Bernesga, donde siempre me han tratado como uno más. Algunos no sabían de mi problema en la pierna y cuando lo descubrían no daban crédito. No tengo patrocinad­ores y más adelante me gustaría conseguir algún apoyo, siempre buscando un beneficio mutuo. No me gusta pedir por pedir.

Seguro que hay ciclistas que te dan energía para continuar.

Me encanta Carlos Verona por cómo nos acerca la vida de un profesiona­l y, sin duda, Valverde. Para mí es el mejor deportista, el más grande desde Miguel Indurain. No hablo únicamente de éxitos, como persona me parece tremendo. Si algún día le conociera sería lo máximo.

La bici nos da tanto, ¿verdad?

Para mí es libertad... todo. No sabría resumirlo. Animo a todas las personas que atraviesen una situación parecida a la que yo viví a que dejen los prejuicios a un lado y piensen en que siempre hay esperanza. Mi madre siempre me decía:

"Hijo, querer es poder". Esa frase no me abandona ni un solo día de mi vida.

Gracias por abrirnos las puertas de tu vida.

A vosotros por compartir mi historia.

ciclismoaf­ondo@mpib.es (Asunto: Motivación)

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