"Estar a buen nivel da mucha confianza"
Las dudas después de tanto tiempo sin colgarse un dorsal eran para todos, por eso volver a competir, más que miedo, genera certezas.
Para lo bueno y para lo malo. Y el balance de Mikel Landa en Burgos fue a todas luces positivo. Casi recién aterrizado de Andorra, donde pasó las semanas previas entrenando en altura junto al bloque de compañeros que le acompañará en el Tour de Francia, el alavés fue segundo en la Vuelta a Burgos -segunda carrera en 2020 tras ser tercero en Andalucía-, donde dejó su característico sello atacante en las Lagunas de Neila. Landa aceleró a tres kilómetros de meta levantando a la afición -gran presencia de vascosque se apostó, mascarilla mediante, en las cunetas para animarle. "Después de tanto tiempo sin competición, volver con un segundo puesto es para estar contento", declaraba el corredor del Bahrain-McLaren.
En Neila salió con toda la intención de dinamitar la carrera y darle un vuelco a la general. "Quería empezar fuerte la subida porque era la única opción para hacer diferencias, pero era difícil". No logró tampoco el triunfo de etapa, que fue para Iván Sosa. "No he podido responder a ese ataque a 500 metros y se me ha escapado, pero me voy con muy buenas sensaciones tras tanto tiempo sin competir y encerrado en casa. Estar a buen nivel da mucha confianza para lo que viene". Además del balance personal, Landa señaló la importante labor de su equipo. "Hemos trabajado muy bien como grupo, confirmando que vamos por el buen camino hacia el Tour". También tuvo palabras de elogio para Remco Evenepoel, a quien ve "muy fuerte e inteligente. Es completo y valiente. Sorprende porque en cualquier terreno marca diferencias. Es un rival difícil de batir. Tiene mucho nivel, y como él vienen un montón de corredores de 20 años pegando muy fuerte. Habrá que aprovechar antes de que cojan experiencia porque si no será imposible ganar nada los próximos años".
GAVIRIA RENACE
Dos días antes lo había logrado Fernando Gaviria, resurgiendo después de superar el coronavirus en el UAE Tour. “Esta es mi victoria más especial y linda”, dijo el colombiano. A buen seguro jamás se olvidará de Burgos, un nuevo comienzo. “Ser capaz de ganar una carrera es extremadamente satisfactorio. Siento la misma adrenalina que cuando me convertí en profesional”, afirmó tras batir a Démare en Villadiego.
Ni sufrir en sus propias carnes el coronavirus le ha cambiado. La pólvora de Gaviria sigue estando cargada. Eso también sigue igual. Como que el Team Ineos asusta con sus líderes, pero también con sus lugartenientes. Mientras Richard Carapaz coronó los puertos de la Vuelta a Burgos en un camino ascendente hacia el Giro de Italia, sin el punto de forma que tendrá en otoño pero sin dejar de construir, Iván Sosa repitió victoria por tercera vez en las Lagunas de Neila. Él y Carlos Rodríguez, la joya del pelotón español, espléndido, fueron lo mejor del equipo británico.
SOBERBIA ORGANIZACIÓN
Que eso tampoco cambia. Lo de que
España es cuna de buenos ciclistas, pero que hace tiempo dejaron de ser los mejores. En la Vuelta a Burgos se lucieron el fantástico Roger Adrià en un notable Kern Pharma dirigido por Juanjo Oroz; Gotzon Martín, que se llevó el maillot de la montaña; el propio Carlos Rodríguez y el catalán Joel Nicolau, enorme en el Picón Blanco. Todos buenos, pero muy lejos del dominio que ejerce Remco Evenepoel. La sequía de estrellas prosigue en nuestro pelotón.
Pero hay algo que no cambia por encima de todo: la Vuelta a Burgos es un carrerón. De la cabeza a los pies. Si antes del coronavirus ya lo era, esta vez, con la atención mundial puesta en ellos, volvieron a demostrar que están a la altura de las organizaciones de las citas más célebres del calendario. Estrictas medidas de seguridad, PCR obligatorios para todo aquel que formase parte del evento, desinfecciones constantes... Ellos también merecían que el ganador estuviese a su nivel. Para eso sólo podía vencer el mejor y sucedió con Remco Evenepoel, un corredor de tanta calidad como la organización de la prueba burgalesa.