Dos semanas para recordar
Si el famoso síndrome de Stendhal existe, es extraño que no lo hayamos padecido en este viaje: todo es bonito, todo es inmenso. El proyecto de ir a los Dolomitas, encadenar después Mortirolo, Gavia y Stelvio, y terminar en Francia comenzó hace muchos años. Por unas circunstancias u otras, se fue posponiendo y ha sido en un momento inesperado cuando al fin se ha hecho realidad. En otras temporadas, esos días de julio hubiesen sido una sucesión de viajes para conocer las novedades de las marcas -os presentamos algunas en este mismo número-, pero la pandemia del coronavirus ha exigido un parón en el que las presentaciones por videoconferencia se han convertido en la nueva normalidad. Así, apenas dos días antes de marcharnos, con incertidumbre, pero con la esperanza de que la situación de la enfermedad parecía mucho mejor de lo se ve ahora, comenzamos a dibujar un calendario con traslados, hoteles y etapas llenas de puertos. En la tabla tenéis un desglose de todas las rutas que hicimos: en total 14 días, 1.512 km y 41.228 metros de desnivel acumulado. Repetiría el plan, pero con días de descanso en las jornadas de traslados: viajar, montar en bici y deshacer/rehacer equipajes nos pasó factura. Sabíamos que iba a ser duro porque tenemos experiencia, pero nos pudo la ilusión de hacer muchos kilómetros y muchos metros de desnivel cada día. Podéis ver todos los vídeos del viaje, uno por cada día, en nuestro canal de YouTube leyendo el código QR de esta página. Esperamos os sirvan de guía si planificáis un viaje así. Merece la pena.
Bellos desconocidos. El Col de l'Échelle (1) es un paso fronterizo entre Francia e Italia con poco tráfico. Desde Bardonecchia bajamos a Susa para afrontar el Colle delle Finestre, con un piso peor del esperado. La ascensión a Villard Notre Dame (2) y el posterior Col de Solude son una alternativa preciosa al hiperfamoso Alpe d'Huez, donde concluimos nuestro viaje tras ascender el Pas de la Confession. El Galibier (3) y el Izoard (5) no necesitan presentación; son imprescindibles. También lo es la Strada della Assietta (4), a la que esperamos volver con una bicicleta gravel para explorar sus alrededores.