Un día sin patrón
Pocas veces se ha notado tanto una baja en el pelotón como la ausencia de Primoz Roglic en la jornada final del Critérium du Dauphiné. El abandono del esloveno, muy tocado tras irse al suelo el día previo, cambió radicalmente el panorama.
Del monólogo del Jumbo-Visma, que no permitía concesión alguna a sus rivales, a una sucesión de ataques que convirtieron la etapa en la más divertida hasta la fecha de lo que va de temporada. Que tipos como el sensacional Wout Van Aert, el recuperado Tom Dumoulin o el inspirado Sepp Kuss pasaran de poner orden a mover el avispero se notó y de qué manera.
Los problemas físicos que sufrieron hombres como Nairo Quintana -que abandonóy Mikel Landa tuvieron mucho que ver con el desenfrenado ritmo al que se cubrió un recorrido plagado de puertos.
Una lucha sin cuartel de la que salió vencedor el colombiano Dani Martínez (EF), que se movió con fuerza e inteligencia, y también el espectador, conmovido con la bravísima persecución de Thibaut Pinot o el pundonor de Pavel Sivakov, que no cejaba en su empeño por alcanzar el triunfo pese al golpe que llevaba en el cuerpo. Probablemente el inminente Tour de Francia se parezca más al trenecito en el gran grupo -vía Ineos o Jumbo- que a esta bendita locura, pero que nos quiten lo bailao.