CIRCUITO DE GETXO

Damiano Caruso se llevó el Circuito de Getxo con la participación más brillante de la última década gracias a un ataque faltando ocho kilómetros. El UAE Team Emirates de Gaviria y Molano trató de controlar sin éxito en un trazado endurecido.

Damiano Caruso (Bahrain-McLaren) aprovechó su oportunidad.

Desde Getxo (Vizcaya)

Ainara Hernando

Damiano Caruso es de esos corredores a quienes iluminan pocos focos. Para cuando llega a las metas, los fotógrafos ya se han marchado a editar las imágenes. En el revelado sólo hay lugar para los vencedores y no acostumbra a ser uno de ellos. Su trabajo es anterior, ese pestoso de controlar los cortes, tirar de los líderes, desfondarse antes de que llegue el momento de la verdad. Hay

Luis Ángel Gómez/Photo Gomez Sport

que valer para ello. Y con los años, el siciliano se ha convertido en pieza imprescindible de los equipos y líderes que defiende. Así lo hará con Mikel Landa en el próximo Tour. En Getxo, en su propia tierra, Mikel le cedió el protagonismo y Caruso lo aprovechó para recoger en la cima del repecho de Arkotxa el premio a tanto sufrimiento poco lucido.

PEDERSEN Y GAVIRIA

Para días así se hace uno ciclista. De esos en los que aparece el sirimiri que baña el puente colgante por la mañana, donde se dan cita los equipos para tomar la salida en este Circuito de Getxo tan especial, el del 75º aniversario. De una temporada extraña surgen a veces premios como este. Al Club Ciclista Punta Galea, que organiza una carrera que tantas penurias le dio en el pasado para sacarla adelante, el reinicio del ciclismo y esa agua que cae del cielo gris de Bilbao le ha venido como agua de mayo. A los pies del puente se dan cita todos los ciclistas portando su mascarilla. Está el arcoíris de Mads Pedersen y Fernando Gaviria. Están Bahrain-McLaren, Trek-Segafredo, Movistar Team y UAE. Toda una cita WorldTour. El ciclismo ahora es como el Puente de Bizkaia, que transporta de un lado al otro de la ría a turistas y bilbaínos: pende de un hilo sobre corrientes desconocidas.

Hay que aguantar el chaparrón. Y cuando se da el pitido de salida, los ciclistas arrojan sobre un cubo de basura amarillo las mascarillas para empezar a correr. Así es la nueva normalidad. En ella, el Circuito de Getxo se convierte en toda una clásica de primavera. Hasta el tiempo, las nubes y la lluvia que van calando, se han aliado. El recorrido