Contando lunares
"La vida te pone donde tienes que estar". Eso fue lo que el ecuatoriano, primer ciclista de su país que disputa el Tour, dijo cuando Ineos hizo oficial que iba a entrar en el ocho definitivo, dejando fuera a Geraint Thomas y Chris Froome. Apuesta total por Egan Bernal. ¿Total? El equipo inglés se reservó la carta de Carapaz, al que querían de tapado en el caso de que Bernal fallase, como así fue. La prueba innegable de aquello fue en la séptima etapa, cuando los abanicos retrasaron a Landa y Pogacar y después Carapaz quedó cortado por un pinchazo. Varios de sus compañeros pararon para tirar de él. Y eso no se hace por un gregario. Richie pagó en los Pirineos su corta preparación, encaminada al Giro de Italia. Pero todo llega para quien sabe esperar. La retirada de Bernal le dejó vía libre para volar en los Alpes. Tres días consecutivos en la fuga peleando por el triunfo de etapa. Su mayor premio fue disfrutar y celebrar en la Rochesur-Foron la entrada de la mano de Michal Kwiatkowski, a quien tuvo que ceder el triunfo de etapa después de tantos años de servicio del polaco a la potente escuadra inglesa. Para Carapaz fue el maillot de la montaña tras esa
18ª etapa, que salió a defender en la crono de la Planche des Belles Filles. Nada pudo hacer ante el volcán Pogacar. "He disfrutado cada segundo de este jersey; lo di todo para retenerlo, pero simplemente él fue mejor". Llegará.