El otoño de Kristoff
No ha tenido su mejor primavera, ni su arranque más brillante de temporada, con sendos sextos puestos -en A Través de Flandes y en una etapa de la París-Niza- como resultados más destacados, pero precisamente por eso quiero reivindicar ahora, cuando su estrella parece declinar, la figura de Alexander Kristoff, un enorme corredor que ha recibido escaso reconocimiento en más de una década en la élite del ciclismo profesional.
Con la friolera de 79 victorias en su palmarés, el noruego del UAE Team Emirates puede presumir de haberse impuesto en dos monumentos, una Milán-San Remo y un Tour de Flandes, además de otros éxitos sonados como cuatro etapas en el Tour de Francia o la Gante-Wevelgem. Cuando la carrera es larga y exigente, ahí aparece Kristoff para mostrarse intratable en el desenlace. Campeón de Europa en 2017, medalla de plata en el Mundial de ese mismo año -cuenta con otros cuatro top10 en la cita con el arcoíris-, bronce en los Juegos Olímpicos de Londres..., encima ha demostrado ser generoso y no se le han caído los anillos por lanzar a un compañero como en el caso de Gaviria. Este es Kristoff, un grande.