La coronación
El trabajo en bloque del conjunto de Patrick Lefevere fue de nuevo decisivo en la gran clásica del calendario flamenco. El ciclista danés batió sorprendentemente a Mathieu van der Poel en el sprint.
Tras una carrera de apenas tres años al máximo nivel, donde accedería de rebote y con la temporada 2018 ya iniciada -un accidente sufrido por De Plus, Jungels y Vakoc en invierno originó un hueco en la plantilla del QuickStep que él acabaría cubriendo-, Kasper Asgreen se ha acabado coronando en el Tour de Flandes como miembro de la élite ciclista de las pruebas del adoquinado. Beneficiado en parte por la tantas veces efectiva táctica de su estructura, donde la mitad de sus contendientes en una prueba de este tipo cuenta con algún tipo de posibilidades gracias al trabajo conjunto, pero también, y en principal medida espoleado por un nivel que le permitió derrotar en un mano a mano al dúo de referencia de las clásicas actuales, Van Aert y Van der Poel, el danés de Kolding remató su sobresaliente primavera de 2021 -diez días antes había ganado el E3 Saxo Bank Classic- imponiéndose sobradamente en Oudenaarde.
“Era algo que podíamos esperar después de su segundo puesto de hace dos años”, afirmaba satisfecho Patrick Lefevere, mánager del Elegant (patrocinador para la ocasión)-QuickStep. “Tras haber ganado ya en Harelbeke, hoy ha sabido anticiparse y rematar de modo magistral. ¿Qué más podemos decir de él? Tuvimos dudas con sus posibilidades en el sprint, pero él mismo, tal como ya nos había dicho algo contrariado, nos hizo ver que estábamos equivocados”. Superada la euforia, al dirigente flamenco le tocaba lidiar con su renovación, apalabrada en días previos pero previsiblemente encarecida ahora. “Intentaré emborracharle un poco para convencerle más fácilmente”, comentaba entre risas.
BAJO EL PATRÓN HABITUAL
Con frío y nubes durante toda la jornada pero sin agua, la 105ª edición de De Ronde arrancó en Amberes, volviendo a sus fechas habituales después del forzado trasvase otoñal del pasado año. Se repetían favoritos y protagonistas, con la inclusión de Peter Sagan tras un atípico calendario previo con paso por la Volta. La relación entre Bora-Hansgrohe y el eslovaco, lejos de su mejor nivel, parece enfriarse y los rumores le sitúan el año próximo en un destino tan apetecible como la estructura de Patrick Lefevere. Siete corredores integraron la avanzadilla del día como resultado de dos intentonas que burlaron la disciplina del pelotón. A Bissegger (EF Education-Nippo), Norsgaard (Movistar Team), Wallays (Cofidis), Van den Bossche (Sport Vlaanderen) y Paasschens (BingoalWB) se unirían, kilómetros después, Houle (Astana-Premier Tech) y Denz (Team DSM) para conformar un septeto cuya ventaja máxima superó los once minutos, mucho tiempo pero insuficiente para atisbar cualquier sorpresa con la configuración y dureza del actual recorrido.
La carrera cubriría kilómetros y las primeras cotas camino del bucle final de Oudenaarde sin incidencias significativas, marcada por el trabajo detrás de los Alpecin-Fenix y los Elegant-QuickStep, y con algún infructuoso intento de anticipación lanzado en las ascensiones. En el Molenberg partió un grupo integrado, entre otros, por Ballerini, Boasson Hagen y Theuns. Poco después, en el Kanarieberg, Soren Kragh Andersen se lanzó en solitario.
LA HORA DE LA VERDAD
Una caída en los puestos delanteros del pelotón principal a 66 km de meta tensaría la situación en los kilómetros previos al segundo paso por el Oude Kwaremont y se cobraría de paso alguna víctima deportiva como fue el caso de Alexander Kristoff. Entre el resto
de afectados, Naesen, Asgreen y un Julian Alaphilippe que kilómetros más adelante se mostraría por debajo de su nivel de hace unos meses en este mismo escenario. Mathieu van der Poel junto a Kasper Asgreen, ya reincorporado, iniciarían los movimientos serios en el tramo que sucede al muro, con Bissegger ya como único representante de la escapada en un esfuerzo que prolongaría hasta el Koppenberg.
Ataques posteriores a cargo nuevamente de Asgreen y Van der Poel, de un cuarteto con Haller, Pidcock, Sénéchal y Wellens y poco después la habitual selección que el Koppenberg genera por lo pronunciado de su pendiente, dejaron la carrera con dos grupos delanteros que acabarían fusionándose al pie del Taaienberg. La colina a la que el imaginario popular bautizó como
Boonenberg por ser escenario habitual de sus ataques, deparó en esta ocasión una cabeza de carrera de ensueño como avanzadilla: Alaphilippe, Asgreen, Van Aert y Van der Poel, a los que se unieron como invitados de excepción Haller y Teuns por un lado, dupla del Bahrain, y kilómetros después el francés Anthony Turgis (Total Direct Energie), quien se acabó sumando tras atacar en la cima del Kruisberg y confirmar su imparable progresión en lo que a pruebas flamencas de un día respecta.
Sendos ataques de los Elegant, protagonizados sucesivamente por Alaphilippe primero a 28 km del final y Asgreen un kilómetro después,
terminaron seleccionando el septeto de cabeza y reduciéndolo a terceto, con el danés junto a Van Aert y Van der Poel, con las últimas ascensiones a Oude Kwaremont y Paterberg todavía pendientes.
COSA DE DOS
El campeón neerlandés sería el siguiente en tensar el ritmo al final de la primera subida, descolgando a Van Aert, pero no así a Asgreen, quien aguantó el temible envite con cierta solvencia y pasó de inmediato a colaborar con él, coronando primero la segunda ascensión. Parecía claro que la prueba, al igual que hace cinco meses y medio, se jugaría en un mano a mano en la interminable recta que conduce al oeste de Oudenaarde a través de la N453.
Con un final calcado al de la edición de 2020, pero con Asgreen en lugar de Van Aert como contendiente de Van der Poel, la victoria se decantó en esta ocasión del lado del ciclista de Lefevere. Bien guiado desde su coche, se mantuvo a rueda desde la pancarta del último kilómetro para lanzar su ataque a doscientos metros de la conclusión jugando su mejor baza, un embalaje largo que le sirvió para doblegar a su rival holandés pese a su teórico favoritismo.
Por detrás, Van Avermaet (Ag2r Citroën) superaba a Stuyven en la lucha por el último cajón del podio, mientras que Sep Vanmarcke, quinto, encabezaba el primer pelotón perseguidor. Veinticuatro ediciones después de la ganada por Rolf Sorensen en 1997, el Tour de Flandes volvía a manos de un ciclista del país nórdico.