De la euforia a la realidad
Hace sólo ocho meses que Remco Evenepoel volvió a nacer, de aquella tremenda caída que nos dejó sin respiración. Ocho meses transcurridos lejos de la bicicleta primero, volviendo a pedalear con paso lento pero firme. Un camino incierto en el que ni él, ni sus médicos ni preparadores, ni tampoco su equipo, sabían dónde le llevaría. Y lo que ha pasado, por fortuna, es que Evenepoel ha conseguido ser simple y llanamente el mismo, brillante y asombroso ciclista que maravillaba antes del accidente que casi le cuesta todo. La estrella belga que estaba haciendo de este un deporte mejor. El chico que después de aquella brutal caída en Lombardía ha debutado en un Giro de Italia que, si algo bueno deja y a pesar de que no lo terminó también por otro accidente, es sin duda su recuperación. Tan buena para él como para el ciclismo. Evenepoel se colgó el dorsal de su primera grande con un montón de dudas y pocas certezas, pero la primera semana sirvió para confirmar que estaba de vuelta. No fue líder por apenas 11 segundos. Su mano a mano con Egan Bernal en los primeros días de montaña auguraba un duelo de altura. Euforia. Hasta que llegó la etapa del sterrato, que empezó a poner las cosas en su sitio y a Evenepoel lo apartó de la pelea. Y además con polémica, por la negativa de Almeida a parar y esperarle.
El niño prodigio fue la apuesta del Deceuninck pero a Evenepoel el Giro se le terminó haciendo largo. Acabó por darse de bruces con la realidad, en sentido figurado y real. Porque cuando llegaron los Dolomitas ya se rumoreaba con su retirada y una caída acabó poniendo las cosas en su sitio. En el descenso del Passo San Valentino libró la numerosa caída en la que se vieron involucrados Nibali y Ciccone. Saltó por los aires, volvió a subirse a la bici y llegó a meta con media hora de retraso respecto a
Dan Martin, vencedor en Sega di Ala, pero las numerosas contusiones en su cuerpo le hicieron tomar la decisión de marcharse a casa a cuatro días de llegar a Milán. "Es una pena irme así, pero en general ha sido una magnífica experiencia". Sin duda este Giro deja más cosas positivas que negativas para el niño prodigio del ciclismo. "Aún tiene mucho que demostrar", dice Eddy Merckx. Palabra de Caníbal.