LA GRAN PRUEBA
Cannondale SuperSix EVO Hi-MOD, el cohete del EF Education-Nippo.
Hemos tenido una temporada para acostumbrarnos, así que ya no procede ponernos nostálgicos con el cambio de diseño de la SuperSix, una de las bicis que era más identificables porque los cambios estéticos eran poco notables generación tras generación, sino que ahora es el momento de profundizar en el comportamiento de una generación en la que Cannondale ha trabajado para adaptarla tanto a las exigencias de los ciclistas profesionales como a las tendencias del mercado.
Una reducción de 30 vatios respecto al cuadro anterior -en una prueba en túnel de viento a 48 km/h, a ver quién es el que hace esas medias habitualmente- es la mejora que anuncia la marca estadounidense gracias al diseño de los nuevos perfiles de los tubos, que ya no son redondos, sino de sección truncada, al nuevo manillar HollowGram SystemBar SAVE de dos piezas y a la posición más baja de los tirantes. Estas mejoras medidas en laboratorio se trasladan en que en la carretera la SuperSix mantiene las virtudes que convirtieron a las generaciones anteriores en una de nuestras bicicletas preferidas de la última década. Es deportiva, pero no radical, lo que hace que su postura sea accesible para un número muy amplio de ciclistas, y su manejo es muy agradable desde el primer día que te subes a ella. Si a eso le sumamos la notable mejora de la comodidad, que es perceptible por cualquier usuario sin tener que recurrir a mediciones en laboratorio, tenemos ante nosotros la bici de competición que probablemente mejor se adapta a las condiciones y necesidades de los ciclistas aficionados. Es cierto que no es uno de los modelos más ligeros -su cuadro de carbono Ballistec de alto módulo pesa poco más de
850 g pero el conjunto manillar y potencia no juega en su favor, aunque merece la pena por su ergonomía- y que por el precio de esta tope de gama sería exigible potenciómetro de serie, pero insistimos en que es la mejor manera que tendrá un ciclista de nivel medio de acercarse, sin tener que adoptar posturas exigentes ni terminar dolorido tras varias horas de pedaleo, a las sensaciones de conducir una bicicleta capaz de ganar una etapa del Giro de Italia.