Diluvio naranja
Antonio Jesús Soto emocionó a todos los aficionados con un triunfo en la meta de Alcantarilla, su ciudad, tras una preciosa batalla contra el reducido grupo perseguidor que sobrevivió a una jornada inusualmente lluviosa.
El 13 de julio de 2020 no se le olvidará nunca a Antonio Jesús Soto: sufrió un accidente entrenando que le provocó la fractura de una vértebra, una costilla y cuatro dientes y que le tuvo sin poder subirse a una bici durante 73 días. El ciclismo, un deporte en el que la suma de días malos es siempre infinitamente superior a la de días buenos, le debía una que no ha tardado mucho en saldar. Con un guion inmejorable, en su ciudad, Alcantarilla, delante de sus seres queridos, la victoria en la Vuelta a Murcia 2021 seguro que vale por ese 13 de julio en el balance. Su primer triunfo como profesional y el segundo en su regreso para el EuskaltelEuskadi, que no ganaba desde que Sergio Higuita estrenara al equipo en la Volta al Alentejo en marzo de 2019.
La 41ª edición de la Vuelta a Murcia, que en principio se iba a disputar el 12 y 13 de febrero, pero que quedó reducida a una jornada tras su aplazamiento, comenzó con la incómoda visita sorpresa de una depresión aislada en niveles altos -DANA por sus siglas, expresión que ha sustituido a la anterior gota fría- que mantuvo en alerta a la Comunidad de Murcia y obligó a adelantar dos horas la salida con la esperanza de que el tiempo mejorase. Como si del centro del fenómeno se tratase, la lluvia y el viento acompañó a la carrera desde la llegada hasta la meta, endureciendo un recorrido de 190 kilómetros y unos 2.200 metros de desnivel, concentrados en su segunda parte, entre Los Alcázares y Alcantarilla. Gleb Brussenskiy y Nikita Stalnov (Astana-Premier Tech); Ángel Madrazo y Jesús Ezquerra (Burgos-BH);
Juanjo Lobato (Euskaltel-Euskadi); Mathias Vacek (Gazprom-RusVelo); Magnus Sheffield (Rally Cycling); y Marcos Jurado (Electro Hiper Europa) conformaron la escapada del día, que comenzó a gestarse en los primeros kilómetros paralelos al Mar Menor.
Sin presencia en la fuga, el UAE Team Emirates, con Matteo Trentin al frente, quiso mover la carrera aprovechando el viento para formar un abanico, logrando cortar por momentos un pelotón en el que Movistar Team, en condición de gran favorito a la victoria con Valverde y el otro equipo World Tour en carrera junto a Astana y UAE, tuvo que cerrar el hueco para restablecer la calma.
La ascensión al Collado Bermejo deshizo la fuga y el sorprendente Sheffield -cumplió 19 años en abril- pasó primero por la Cima Marco Pantani, bautizada así en honor al ganador de la edición de 1999. Por detrás controlaba Movistar, que frustró un primer intento de Soto a falta de unos 2 kilómetros para coronar, pero que no respondió cuando el murciano, en la segunda parte del descenso, asumió los riesgos de lo que a la postre fue el movimiento clave del día. “Al comienzo de la bajada noté que estábamos descendiendo lentos, así que en La Marina -la segunda parte, tras un descanso- me tiré para abajo y cogí a Sheffield y a Madrazo, que después se
cortó. Así comenzamos a subir el puerto de tercera -el Alto de Gebas- y en el primer paso por Alcantarilla -a 40 km de meta- teníamos algo menos de dos minutos”, rememora el ganador.
EL FACTOR VALVERDE
La ventaja fue decayendo hasta bajar del minuto en la salida de la ciudad de Murcia, donde comienza la ascensión a la Cresta del Gallo. “Aproveché para llegar con el ciclista del Rally hasta el inicio de la Cresta y ahí empecé a tope. Es donde hago las series, lo tengo a 6 km de casa, y sabía que en la bajada podía recuperar ventaja porque conozco todas las curvas. Fue fundamental no tocar el freno en algunas curvas ciegas”.
El ataque de Soto respondió a dos cuestiones. La primera, obvia, es que tenía el día mágico que después confirmó; la segunda, al respeto al gran favorito Valverde, ganador de cinco ediciones. “Sé que está a un nivel altísimo y me esperaba que en la Cresta se saliese, por lo que quería anticiparme. No sabía que se había retirado antes de arrancar la bajada de La Marina”.
Si su ascensión fue buena -apenas le restó 10 segundos un grupo formado por Gonzalo Serrano (Movistar Team); Julen Amézqueta y Álvaro Cuadros (Caja Rural-Seguros RGA); y el monegasco Antoine Berlin (Global 6 Cycling)-, el descenso fue prodigioso y a falta de 14 km la ventaja se situaba en torno a los 50 segundos. El pelotón perseguidor se rearmó sumando 15 ciclistas, pero no hubo demasiado entendimiento para organizarse y un ataque de Jesús Ezquerra a falta de 8 km fue definitivo para provocar un posterior parón, mientras Soto seguía rodando rapidísimo por las carreteras que recorre a diario.
Los tres Caja Rural-Seguros RGA, los dos Burgos-BH y los dos Movistar Team veían que se les escapaba la victoria; Unai Cuadrado y Gotzon Martín seguro que disfrutaban secando
cualquier intento de fuga para cubrir a su compañero. Lastra y Ezquerra lo probaron entre ataques, contraataques y parones y Madrazo hizo hueco a falta de 1,5 km, pero sólo le sirvió para llegar segundo por delante de Serrano y Rojas, que se llevaron el reducido sprint.
Soto había cruzado la meta treinta segundos antes, con margen suficiente para celebrar un día inolvidable ante su familia y amigos tras una lección de cómo rodar en solitario. Manos en la cabeza, mirada hacia atrás para confirmar lo que aún no terminaba de creerse, señal al patrocinador en el maillot y puñetazo de rabia para equilibrar un poco la balanza de los sinsabores. Unas imágenes emocionantes para cualquier aficionado a este deporte y que se cerraron con el abrazo sincero de Rojas, Cuadrado y Martín, felicitándole por su exhibición.