"Amo lo que hago"

Del mazazo que supuso perder el Tour de Francia del pasado año de la manera que lo hizo, Primoz Roglic asegura, ahora que ha transcurrido el tiempo, que una de las grandes lecciones técnicas que le dejó como equipo aquella derrota fue que "desde el principio calculamos mucho todo. No corrimos con instinto ni tampoco divirtiéndonos. Queríamos controlar en exceso. Otros equipos se rieron de nosotros porque fuimos un autobús y nuestros rivales los pasajeros que se sentaron en los asientos. Les llevamos juntos cada día hasta la línea de meta. Pero fue la estrategia que elegimos". Aquella táctica la modificaron en la Vuelta a España, "donde no fuimos a tope en todas las etapas y ya vimos cómo acabó". Lo hizo con su maillot rojo en lo más alto del podio de la Castellana. Roglic tiene claro que aquel fue uno de los grandes fallos en su derrota del Tour y le ha dado muchas vueltas "a todos los momentos en los que podía haber sacado algún que otro segundo, aunque nunca hubieran sido suficientes ante los dos minutos que Pogacar me metió en la crono. Por eso prefiero pensar en que luché por cada metro de la carrera".

Para esta edición de la ronda gala dice ir con la lección aprendida y decidido a cambiar esa estrategia, es decir, explica, "que ese equipo fuerte que fuimos el año pasado lo seamos en París y no durante todo el Tour menos ese último día", dice entre risas. Para el esloveno del Jumbo-Visma, su compatriota Tadej Pogacar no será el único adversario. "En una carrera tan importante como el Tour todo el mundo llega superpreparado y en el mejor momento para ganarlo. Creo que él tiene un punto más que los demás, pero no quiero gastar energía en mirar a los rivales. Prefiero pensar solamente en mí". Y sea cual sea el resultado al llegar a los Campos Elíseos, lo que sí es seguro es que seguirá manteniendo intacta su pasión por lo que hace. "Amo lo que hago y sé que no durará para siempre. Por eso tengo que aprovechar el momento en el que estoy. No quiero defraudarme a mí mismo".