JOSEBA BELOKI
Podía haber sido en Dauphiné o Suiza, que eran la tendencia clásica de los últimos años si hablamos de test, duelos o como queramos denominarlo, pero el Tour de Francia se acerca y la ley del despiste es palpable en todo grado. Eslovenia, Bélgica y el trabajo en altura sin competir han entrado en escena.
Nos encontramos en la antesala de un Tour diferente, muy completo, que para mí se ganará en la primera semana. Esta edición obliga a llegar a tope. Sí, la última semana va a ser dura, que las llegadas en Andorra, Portet o Luz Ardiden tienen su importancia, pero no es una segunda parte suficiente para recuperar lo perdido en la primera.
Por lo que hemos visto hasta ahora casi todos han enseñado la patita. ‘Toc, toc; estoy aquí’. Es importante, ya no sólo de cara a la galería sino para uno mismo; se trata de viajar a la salida con todas las garantías. Mucho trabajo para jugártelo en tres semanas, qué os voy a contar que no sepáis.
Dejadme que comience por Movistar Team. No, tranquilos, no voy a explayarme con el tema documental, que podría, ¿eh? ¿Os ha gustado? Creo que hay varias lecturas. La de aquellos que tienen un completo desconocimiento de cómo funciona un equipo ciclista por dentro y la de los que hemos vivido el día a día, lo que ocurre en un verdadero 24 horas de un equipo. Cuando en mis conferencias digo que un Tour, una Vuelta o un Giro es un verdadero gran hermano la gente se ríe, pero es así. Ya estoy ansioso por la tercera temporada. En lo deportivo, Supermán está bien y es la pieza que le faltaba a Enric Mas. Creo que el mallorquín irá más liberado y puede crecer en carrera. Una estructura potente que en 2021 no va a necesitar de un pereiro para aspirar a ganar al Tour. Pogacar cumplió en Eslovenia, fino, sin acumular excesivo desgaste y una cosa importante: este año con un equipo muy fuerte. Ineos en su línea, Carapaz, Porte y Thomas con un bloque de miedo para currar; Urán y Fuglsang con destellos... ¿Y dónde están los Jumbo-Visma? Parece que han apostado por la frescura y llegar en condiciones a base de entreno y poca confrontación con los adversarios. La tercera semana de una grande casi siempre le ha dado problemas a Roglic. No sé, quizá un calendario cargado, demasiada tensión, incluso pienso que inexperiencia en ciertos momentos salvados a base de potencial.
CORAZONADA
¿Y Van Aert? ¿Alguien ha pensado que puede ganar este Tour? No sé si es una corazonada, un calentón o una locura. Si nos paramos a pensarlo, y con los pocos detalles que nos dejan esos entrenamientos, se le ve fino y convencido. Portet, Luz Ardiden, puertos de la última semana que se le pueden hacer pelota, sí, ¿pero y si nos encontramos un Van Aert diferente? En cuanto al recorrido, es perfecto para que Roglic recupere lo que se dejó en la Planche des Belles Filles, aunque no lo tendrá fácil. Las segundas opciones serán esta vez más que importantes. ¿Jugarse el todo por el todo a una carta? Sí, pero no. La historia del Tour ha demostrado que en muchas ocasiones toca recurrir al plan B... y que incluso ese plan B era más fuerte que el A.
Varias etapas de media montaña y una crono de 27 km ya en la primera semana. Esto más las bonificaciones. Le Grand-Bornand y Tignes darán el primer toque en los Alpes para tras el paso por Andorra dejar paso a unos Pirineos compensados. ¡Atención al Portet!
Por cierto, acabo de estar unos días en Andorra en un ejercicio de Andorra Turismo. Si no es el santuario ciclista por excelencia a nivel mundial, poco le falta. Hablamos de 80 ciclistas profesionales, chicos y chicas, que viven y entrenan allí. Y la verdad es que no me extraña. Posiblemente la primera lectura que hagáis es que en lo económico sale a cuenta. Eso lo sabrá cada un@, pero para el ciclismo es un verdadero paraíso. Puedes estar concentrado a más de 2.000 metros y luego rodar por allí a 1.200 m. ¡No ha llovido ni nada desde mi concentración en Pas de la Casa en 2001! Buen verano y buen Tour de Francia. Y sobre todo, que veamos espectáculo.