Ciclismo a Fondo

TADEJ POGACAR

- Texto Ainara Hernando Fotos Bettini Photo/Photo Gomez Sport

Ainara Hernando entrevistó al campeón vigente de la Grande Boucle.

TADEJ POGACAR

Puede marcar una era allá donde quiera, pero dice que lo suyo no va de récords, ni de ganar un montón de Tours. No. "Quiero explorar el ciclismo y a mí mismo". Desea ganarlo todo, carreras de un día y grandes vueltas. Lleva apenas dos años y medio con licencia de profesiona­l y ya acumula joyas variopinta­s. Una Lieja, un Tour y lo que le queda.

Es extraña la sensación al sentarse a hablar con Tadej Pogacar. No coincide lo que trasmite con lo que se ve. Un rostro de mirada infantil coronado por un cabello rubio claro. Una mirada inocente. El aspecto de lo que es: un crío de 22 años. Pero cuando comienza a responder preguntas, escueto, parco hasta que coge confianza dicen de él, lo que expresa y traslada es la impresión de estar manteniend­o una conversaci­ón con un hombre maduro. Eso es quizá lo que le hace ser diferente, el campeón que tiene hoy en día el mundo del ciclismo a sus pies.

LA CIMA Ciclismo a Fondo: ¿Cuánto ha cambiado la vida para ti en poco tiempo?

Tadej Pogacar:

Es cierto que han cambiado muchas cosas, pero sigo siendo el mismo corredor. Creo que un poco mejor, mucho más maduro y un poco más experiment­ado, aunque tampoco demasiado. Y en cuanto a mi vida, continúa prácticame­nte igual que antes de ganar el Tour; no ha cambiado nada. Miro con ganas y con enorme motivación a todas las carreras que tengo en el calendario este año. Todas me motivan, desde el Tour de Francia hasta una clásica o una carrera de un día.

¿Cómo se digiere con 22 años recién cumplidos, por muy maduro que uno sea, ganar un Tour de Francia de la forma que lo hiciste tú, en el penúltimo día y con un vuelco tan grande?

Es algo bastante loco ver que te está pasando a ti. El primer Tour que disputaba y lo gano. Algo increíble. Es verdad que desde el principio las sensacione­s que tenía eran muy buenas, pero el día de la crono de la Planche des Belles Filles fue uno de mis mejores días encima de la bici. Me preparé desde el comienzo para ese momento y cuando me dijeron que había ganado el Tour de Francia pensé que estaba soñando. Creo que también tuve un poco la suerte de mi lado. Verme la mañana siguiente en París vestido de amarillo fue algo muy grande.

Y ganárselo a quien se lo ganaste, Primoz Roglic, tu compatriot­a, tu amigo, tu mentor... Ya has comentado alguna vez que su abrazo posterior te hizo mucho bien.

Sí. Yo era seguidor de Roglic. Con quince años me ponía delante de la tele cuando él corría para animarle gritando. Y de repente era yo quien le privaba de conseguir ese sueño que lleva tantos años persiguien­do y trabajando por él. Fue una sensación extraña. Al poco tiempo de llegar a la meta, en la zona de entrevista­s vino él mismo a abrazarme y darme la enhorabuen­a. Eso no lo olvidaré nunca. Es como si me estuviese dando permiso para disfrutar de eso.

¿Te dijo algo?

Que no era culpa mía. Me hubiera encantado que él se llevase ese Tour,

pero yo también estaba allí para ganarlo. Esto es sólo competició­n y le tengo mucho respeto. ¿Es más difícil competir contra un amigo?

Un poco más que contra cualquier otro sí, claro. Pero este es nuestro trabajo y además nuestra pasión, enfrentarn­os el uno contra el otro. También cuando eres pequeño corres contra tu hermano o contra tus amigos. Aquí es lo mismo. La mayoría de nosotros también somos amigos cuando nos bajamos de la bicicleta. Y cuando nos ponemos el dorsal tenemos mucho respeto los unos por los otros; partiendo de ahí salimos a tope para ganarnos.

¿Entonces esto sigue siendo el juego de un niño que quiere divertirse ganando a sus amigos? ¡Sí, claro! Es algo así. Amigos fuera y corriendo unos contra otros en el momento de competir. Pero el rival no es sólo Roglic.

No, claro que no. Lo hemos visto este año en lo que llevamos de temporada, hay muchos corredores que están en gran forma allá donde vayas. La rivalidad es muy elevada; el nivel muy exigente. Va a ser durísimo y complicado ganar cualquier cosa. Aun así, tú no has fallado. Tour de los Emiratos, Tirreno-Adriático, Lieja

Bastoña-Lieja... Empiezas a ser de esos ciclistas que gana de febrero a octubre.

Me gusta competir en todas las carreras en las que me pongo un dorsal porque todas son únicas. Me divierto yendo de carrera en carrera y dando lo mejor en todas. Soy un ciclista al que le gusta salir siempre a tope y que piensa que no sólo existe el Tour. Deseo competir en todas. ¿Crees que puedes marcar una era o has hecho cálculos del número de ediciones del Tour de Francia que puedes ganar?

No, no le doy vueltas. En mi cabeza tengo la motivación de intentar ganar diferentes carreras, no acumular un número de victorias en una única como

puede ser el Tour de Francia. Quiero probar cosas distintas, explorar el mundo del ciclismo al completo para ver qué puedo conseguir. Pretendo ir carrera a carrera y día a día, no pensando en un futuro tan lejano como es marcar una época. Por tanto, también piensas en ganar algún día, por ejemplo, un Giro de Italia.

Claro, no ambiciono el Tour en exclusiva. Está el Giro y también quiero ganar La Vuelta, que fue la primera grande que corrí, acabando encima en el podio. Me gustaría vencer las tres y también otras pruebas de una semana como la Itzulia, que es superbonit­a. Y me atraen muchísimo las clásicas. Ya tengo una, la Lieja de este mismo año, que para mí suponía una gran motivación.

‘JUGONES’

En ese otro ciclismo están esos corredores jugones tan atractivos para el público como Van der Poel, Van Aert o Evenepoel. ¿Te gustaría tener algo de ellos?

Me gusta mucho cómo corren y lo fuertes que son. Ciclistas como yo, que luchamos por grandes vueltas o carreras de una semana, tenemos que estar concentrad­os en todo momento. Calcular cada paso. Pero luego voy a pruebas de un día y también sé divertirme. Aunque es verdad que los ciclistas como ellos que atacan y se mueven por instinto gustan más. Ya tuviste un duelo brutal con Mathieu van der Poel en aquella memorable etapa de la Tirreno-Adriático. ¡Para mí no fue tan épica! Hacía frío, viento..., fue un día muy duro. Pero me quedará un gran recuerdo porque es una de las etapas más grandes por las que he batallado. Van der Poel se ganó a pulso la victoria; lo que hizo fue

increíble. Atacar a 50 kilómetros de la meta, con ese frío que hacía..., me quito el sombrero. Fue muy valiente y muy fuerte. Se lo mereció. ¿Cuánto hay en este Pogacar de talento natural y cuánto de trabajo y sacrificio?

Sin duda que mucho es talento y genética. Pero creo que también buena parte de culpa es de la educación que me dieron mis padres, el tipo de vida que me enseñaron a llevar. Luego por supuesto mis entrenador­es, que me han marcado el camino a seguir y me han enseñado a motivarme para buscar ser cada día mejor. Si quieres ganar tienes que saber que hay que hacer muchos sacrificio­s. Que no puedes salir de fiesta con tus amigos, por ejemplo. Me he perdido un montón de cosas en el colegio que por mi edad debería haber hecho, siendo un adolescent­e como todos los demás y eso fue duro, pero siempre tuve la determinac­ión de lo que quería hacer, de que el trabajo y el entrenamie­nto eran el camino. Esas renuncias tan dolorosas también cuentan para llegar a ser un gran ciclista. El momento de tu eclosión como ciclista ha coincidido con la pandemia por el coronaviru­s que ha puesto en jaque al mundo entero. Tú estás en la cresta de la ola, pero es un momento de crisis para mucha gente.

Sí, eso es verdad. El mundo ha cambiado por completo en este último año y me siento un chico con suerte de poder correr y entrenar. Hay tanta gente que no tiene esta oportunida­d que debo estar agradecido de poder hacer lo que me gusta y dedicarme a ello. Estoy en el mejor momento de forma de mi vida, sacando la mejor versión de mí e intentando progresar con todos los medios a mi alcance en un momento en que el mundo está muy mal. Así que sí, soy consciente de que no todas las personas que tienen aptitudes pueden disfrutar de una oportunida­d como esta. ¿Dónde está tu techo?

Desconozco dónde están mis límites. Todavía puedo ser mejor en las carreras, pero no sé si eso significa que puedo ganar más. Lo que sí que quiero es ir acumulando experienci­a y kilómetros en las piernas y en la vida, ¿Qué significa hoy en día el ciclismo para ti?

Todo. Es mi mundo. El ciclismo me lo ha dado todo. Nací casi con una bicicleta debajo del brazo y mis recuerdos de pequeño son siempre montado en una y dando pedales a todas horas. Mi vida ahora sería muy triste y muy dura si no tuviera el ciclismo.

LA ADRENALINA

¿Te sigues divirtiend­o encima de la bici, incluso aunque partas como el máximo favorito en todas las carreras a las que acudes?

Sí, claro, porque esta es mi pasión desde que era un niño. Me gusta correr y competir en cualquier parte del mundo y disfruto mucho entrenando duro, exprimiénd­ome en el trabajo previo a las carreras. Es una buena vida, muy sana y la competició­n aporta mucha adrenalina. Vives aventuras. No me preocupan las

expectativ­as que haya puestas en mí; no me generan ningún tipo de estrés. Sólo busco dar lo mejor que tengo dentro, sacar mi versión más fuerte y sobre todo divertirme en el camino. Asombrar al mundo y asombrarte a ti mismo conquistan­do todo tipo de carreras.

Sí, como te he dicho, yo quiero explorar y quiero explorarme a mí mismo para ver todo lo que puedo mejorar y lo que soy capaz de hacer con mis piernas en todas las carreras en las que participe. Tienes muchos años por delante.

Sí, creo que tengo unos cuantos todavía. No me gusta pensar demasiado en el futuro a largo plazo, prefiero centrarme en vivir el momento e ir planeando todo lo que venga este año. ¿Te ves como Alejandro Valverde, corriendo y siendo competitiv­o, ganando incluso, con 41 años? ¡No lo sé! Tengo muchísimo respeto por Alejandro Valverde. Es increíble verle competir, compartir pelotón con él. Es una leyenda, un gran corredor. Me sigue sorprendie­ndo que cada año que pasa siga siendo tan bueno. Me gustó mucho la forma cómo ganó el

Gran Premio Miguel Indurain, con esa fuerza. Personalme­nte creo que no voy a ser capaz de aguantar en el pelotón durante tanto tiempo como lo ha logrado él. Pero veremos qué es lo que la vida me trae. Valverde también empezó a ganar muy pronto en su trayectori­a y sigue haciéndolo hoy en día después de tanto tiempo. Pero ya te digo que no creo que pueda continuar en el ciclismo profesiona­l dentro de unos diez o quince años como él.

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 ??  ?? 1 Camaleón. El corredor esloveno demostró en la última Strade Bianche -7º- que tampoco desentona sobre caminos de tierra.
2 Podio en sus dos
grandes. Debutó en La Vuelta 2019 y menuda exhibición se marcó en la etapa de Gredos con sólo veinte años.
3 Camada del 98.
Posando en la Itzulia con Brandon McNulty, que ha reforzado esta temporada el bloque que le escoltará en el Tour.
4 Maduro. En la charla con Ainara Hernando, origen de esta entrevista, quedó patente la claridad de ideas del esloveno.
5 Primer monumento.
La victoria en la LiejaBasto­ña-Lieja por delante del campeón mundial, otra joya para su palmarés.
6 Ciudad del amor. Con su novia, Urska Zigart, ciclista del BikeExchan­ge, celebrando su triunfo en los Campos Elíseos parisinos.
1 Camaleón. El corredor esloveno demostró en la última Strade Bianche -7º- que tampoco desentona sobre caminos de tierra. 2 Podio en sus dos grandes. Debutó en La Vuelta 2019 y menuda exhibición se marcó en la etapa de Gredos con sólo veinte años. 3 Camada del 98. Posando en la Itzulia con Brandon McNulty, que ha reforzado esta temporada el bloque que le escoltará en el Tour. 4 Maduro. En la charla con Ainara Hernando, origen de esta entrevista, quedó patente la claridad de ideas del esloveno. 5 Primer monumento. La victoria en la LiejaBasto­ña-Lieja por delante del campeón mundial, otra joya para su palmarés. 6 Ciudad del amor. Con su novia, Urska Zigart, ciclista del BikeExchan­ge, celebrando su triunfo en los Campos Elíseos parisinos.
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2 Aprendiend­o de los
veteranos. Con Rui Costa y el ya retirado Rory Sutherland en la Clásica de San Sebastián de 2019.
3 Dominador de los mares.
Conquistó la Tirreno-Adriático, una de las mejores carreras de los últimos años.
4 De ídolo a gran
rival. Le toca aparcar la admiración que siempre tuvo por su compatriot­a
Primoz Roglic para batirse con él.
5 Al ataque en Imola.
En su afán por buscar nuevos horizontes, el Mundial se antoja un caramelo más que apetecible.
1 Muy completo. Con su notable progresión en la contrarrel­oj resulta casi imposible encontrarl­e algún punto débil. 2 Aprendiend­o de los veteranos. Con Rui Costa y el ya retirado Rory Sutherland en la Clásica de San Sebastián de 2019. 3 Dominador de los mares. Conquistó la Tirreno-Adriático, una de las mejores carreras de los últimos años. 4 De ídolo a gran rival. Le toca aparcar la admiración que siempre tuvo por su compatriot­a Primoz Roglic para batirse con él. 5 Al ataque en Imola. En su afán por buscar nuevos horizontes, el Mundial se antoja un caramelo más que apetecible.
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18 años. Pogacar se descubre ante Alejandro Valverde, pero no se ve tanto tiempo en el pelotón como el murciano.
2 Expectativ­as
cumplidas. En Madrid se coronó mejor joven de su primera gran vuelta, que concluyó tercero en la general.
1 Separados por 18 años. Pogacar se descubre ante Alejandro Valverde, pero no se ve tanto tiempo en el pelotón como el murciano. 2 Expectativ­as cumplidas. En Madrid se coronó mejor joven de su primera gran vuelta, que concluyó tercero en la general.
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