Huracán Ayuso
Tres etapas y la general, más las clasificaciones de los puntos, montaña, mejor joven y combinada. Juan Ayuso, que en principio debutará el 24 de junio con el UAE Team Emirates, dominó el Giro de Italia sub-23 sin dar opciones a sus rivales en las jornada
En septiembre del año pasado, si 2020 no hubiese sido un año tan atípico, Juan Ayuso debería haber representado a España en el Mundial de Imola, donde la UCI decidió eliminar la categoría júnior del programa de competiciones. Campeón de España de ruta en 2019 y de ruta y contrarreloj en 2020, el alicantino arrasó la temporada pasada corriendo en el Bathco y Joxean Fernández Matxin se adelantó firmándole un contrato profesional hasta 2025 con el UAE, equipo con el que debutará en el Giro de los Apeninos. Antes de llegar al World Tour, la premisa era que se foguease con el continental Colpack-Ballan, donde ya había demostrado buenas maneras en la Settimana Coppi e Bartali -6º y 5º en las dos últimas jornadas contra rivales de la máxima categoría- y logrando un doblete en el Trofeo Piva y Giro del Belvedere. Su gran objetivo era ganar el Giro de Italia sub-23, en el que partía entre los favoritos; lo sorprendente, e ilusionante, fue su dominio y descaro.
Precisamente en Imola, en la misma Cima Gallisterna en la que atacó Julian Alaphilippe, Ayuso se resarcía de ese Mundial que no existió y se anotó la segunda etapa del Giro de Italia sub-23 2021, una victoria que le valió para vestirse con una maglia rosa que perdería dos días después, en una contrarreloj de 25,4 km en la que se le bajó el sillín en el primer kilómetro y concluyó octavo a 33 segundos. “He hecho la crono como si llevara una bici de 4 tallas menos. Pierdo la maglia rosa por 16”, pero aún quedan 6 etapas y toda la montaña por delante”, resumía en Twitter. “Creo que he salvado el día. Vengo aquí a por la maglia rosa”, dijo en meta, unas palabras que quizás pudieron sonar atrevidas -sobre todo teniendo en cuenta que era el cuarto ciclista más joven de los 176 que comenzaron la carrera-, pero que al día siguiente se encargó de refrendar.
En la quinta etapa, con el mismo final de Sestola del último Giro de Italia, el Colpack-Ballan salió a ganar. A pesar de perder a uno de sus cinco integrantes, el conjunto italiano puso a Michele Gazzoli, ex del Kometa, a endurecer el ritmo en la penúltima subida, un trabajo que el español remató después, alcanzando junto a otros seis ciclistas al campeón irlandés Healy. Cuando faltaban 5,5 km
para la meta, Ayuso arrancó y sólo le pudo seguir Tobias Halland Johannessen, que apenas le aguantó 300 metros.
Desde ahí puso su ritmo para coronar en solitario el Colle Passerino, que subió incluso más rápido que los favoritos del Giro -aquella etapa era más larga y dura, lógicamente- y siguió a tope en los últimos 2 km planos para consolidar el minuto de ventaja sobre el dúo perseguidor.
HAMBRE DE VICTORIA
El gran número de equipos -35, entre ellos Caja Rural-Seguros RGA, Laboral Kutxa y Eolo Kometa- dificultaba la labor de control, pero el Colpack-Ballan se mostró como el bloque más compacto durante las diez jornadas y Ayuso dominó la carrera respondiendo en primera persona cuando fue necesario, como en el descenso del Selvino en la sexta etapa con meta en San Pellegrino Terme, donde llegaron una veintena de ciclistas, entre ellos Unai Iribar y Xabier Berasategi (Laboral Kutxa).
El mazazo definitivo de Ayuso llegó al día siguiente, en una etapa de 120 km con final en el Lago di Campo Moro, un larguísimo puerto de casi 16 km con una pendiente media del 6,5% que se coronó a 2.003 metros de altitud. A falta de 10 km se marchó junto a otros cuatro ciclistas y cuando restaban 7, aprovechando una zona donde se concentran una decena de curvas de herradura, aumentó el ritmo hasta quedarse con la única compañía del colombiano Jesús David Peña (Colombia Tierra de Atletas-GW Bicicletas). Le probó una vez y en el segundo acelerón le dejó sentado para afrontar en solitario los 5,5 km finales y los últimos angostos túneles -19 en total, algunos con pavés- de una preciosa ascensión en la que certificó su dominio. 52” a Peña y 1'14” a Tobias Johannessen y Vandenabeele, que se asentaban en el podio.
Con casi 3 minutos de renta, el ColpackBallan dejó hacer en la octava jornada y controló en la ascensión final a Aprica, donde Unai Iribar y Xabier Berasategi, noveno y décimo respectivamente, le dieron el triunfo por equipos al Laboral Kutxa tras pelear en la escapada del día. Siguiendo la tónica de la carrera, la novena y penúltima jornada planteó otro recorrido montañoso, con un doble paso y final en el Nevegal. Una caída a mitad de jornada que le provocó una herida suturada con tres puntos en el mentón -después agradeció al Team DSM que no tirase para aprovecharla- no mermó las opciones de Ayuso, quien lo intentó acelerando en los últimos 2 km, justo antes del ataque decisivo de Yannis Voisard (Swiss Racing Academy), que mantuvo un bonito duelo con el reducido grupo encabezado por el alicantino en meta. La última etapa fue más tranquila, con una escapada de tres que se formó a mitad de etapa y que resolvió el prometedor irlandés Healy.
La victoria, sucediendo a Pidcock en el palmares, y el aplastante dominio en las subidas demuestran que Matxin no se equivocó al apostar por él y refrendan un buen trabajo en la cantera en España. Tres de los primeros cuatro ciclistas clasificados en el Campeonato de España júnior de Pravia 2019 ya son profesionales -Ayuso, Raúl García Pierna (Kern Pharma) y Carlos Rodríguez (Ineos Grenadiers)-, mientras que Igor Arrieta, segundo entonces, ya parece listo para dar el salto desde Lizarte. Ellos mismos se empeñan con su buen rendimiento en quemar etapas rápidamente, pero dejémosles crecer sin presión.